ANDRES Manuel López Obrador, Presidente electo de México, usó como parte de su campaña política, la cancelación definitiva de la Construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, haciendo ver que su costo era demasiado elevado y que detrás de los diversos contratos inherentes a la construcción, se advertía, desde luego, el maloliente espectro de la corrupción, tema que siempre ha manejado como su principal objetivo para erradicarlo.
El asunto no terminó con el proceso electoral, sino que vino enriqueciéndose con la opinión de expertos en la materia, con la intervención de la propia iniciativa privada y con la presión, por así decirlo, de los personajes más cercanos a López Obrador, quienes lo han aventado, en diversas ocasiones, a emitir declaraciones en pro y en contra de la construcción de este proyecto.
Como ya se tiene conocimiento, AMLO, ha cambiado, en varias ocasiones, de parecer respecto de esta obra, donde el aspecto político, no deja de asomarse en estas consideraciones, más lo que siempre ha estado presente en todo este trabuco, que es, sin duda, el problema de los recursos económicos, que es, en cierta forma, lo que más preocupa al propio Presidente electo de México.
El dinero, la política y otros elementos más que intervienen en este asunto, ha generado que el mismo Presidente electo de nuestro país, un día diga sí y otro diga que no, respecto de la construcción, manejando, al mismo tiempo, otras alternativas para poder resolver el problema de la movilización nacional e internacional de pasajeros. López Obrador, tiene claro que es necesario un nuevo Aeropuerto, tanto que al estar en contra de la construcción en Texcoco, propone construir dos pistas en el Aeropuerto que utilizan las fuerzas armadas, en la base de Santa Lucía.
Pero, la propuesta, también se ha dicho, no resolvería el problema de la gran inversión que se esta haciendo en el nuevo Aeropuerto, pues también, en las nuevas pistas y el acondicionamiento de la nueva terminal aérea, se requiere gran cantidad de dinero, que por ahora, se calcula en cinco mil millones de pesos, incluyendo, también, la modernización del Aeropuerto de la Ciudad de Toluca, como apoyo para las operaciones aeroportuarias de la base de Santa Lucía, independientemente de lo que pudiera suceder con el aumento de la cifra, debido a las variaciones en el costo de nuestra moneda, respecto del precio del dólar y otras divisas que también intervienen en este proyecto.
En cierta forma, el tipo de cambio del dólar frente al peso, ha influido en gran parte en el aumento del costo inicial del nuevo Aeropuerto, en la zona de Texcoco, pues se sabe que al inicio de la obra, se calculó en ciento sesenta y ocho mil millones de pesos, aproximadamente y que después de cuatro años, haya llegado a considerarse su costo final en doscientos ochenta y cinco mil millones de pesos, también de forma aproximada. De esta manera, el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, se ha convertido en el tema más socorrido de los últimos tiempos, debido, sobre todo, a la intervención de muchos personajes cercanos al futuro Presidente de la República, incluyendo al futuro Secretario de Comunicaciones, quien es uno de los principales promotores de la cancelación de este proyecto, así como del interés de particulares cercanos, de la misma manera, al propio futuro mandatario de la nación.
Así, un día si, y otro día no, pero el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, sigue siendo, hasta estos momentos, el problema más latente en la agenda del propio Presidente electo, pues sabe bien que es difícil aceptar la continuación del proyecto, debido, también, al compromiso hecho ante los ciudadanos del país, de cancelarlo por inviable y costoso, lo que se tendrá que demostrar fehacientemente en el futuro, porque también, gran parte de los ciudadanos mexicanos, esta de cuerdo en la construcción, pues de vital importancia en nuestros tiempos, contar con una terminal aérea de estas dimensiones y poner al país en el camino del desarrollo, tal como ha sido el objetivo de las propias administraciones federales que ha tenido el país.
El pueblo, por otra parte, ya demanda seriedad en el caso y que haya un acuerdo general, de tal manera que sea el propio Presidente electo, quien determine lo que se tiene que hacer en este caso, pues no se puede seguir en la indefinición, como hasta ahora se visto.
El propio López Obrador, ha buscado concretar este proyecto con diferentes opciones, donde ha entrado la posibilidad de ponerlo en manos de la iniciativa privada para que se pueda seguir construyendo, pero hasta ahora, el propio Presidente electo, no se ha puesto de acuerdo, porque se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, el compromiso hecho con los mexicanos, de cancelar el proyecto, y por otro, la aceptación de que es necesaria esta obra, porque forma parte del mismo proyecto nacional de transformación.
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FI-NALMENTE, EL PROBLEMA de la basura en Xalapa, encontró una solución y todo indica que será definitiva, cuando menos por un tiempo razonable, al abrir nuevamente el relleno sanitario de El Tronconal, donde la empresa que se encarga del manejo de los residuos, cumpla con su compromiso de darle el tratamiento adecuado, dándole, para los efectos, un tiempo determinado de treinta días para dar resultados positivos.
El Ayuntamiento local, había solicitado el cierre de este relleno, al parecer, por el incumplimiento de los trabajos por parte de la empresa Proactiva, pero no previno el hecho de que no tendría, más tarde, donde destinar las miles de toneladas de residuos que se generan en la ciudad, diariamente.
El propio ayuntamiento, representado por su alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, se habría puesto la soga al cuello con esta determinación de solicitar a las autoridades ambientales, el cierre de este basurero, cuando en realidad, era la única opción que se tenía para seguir depositando los residuos.
Hoy, se ha resuelto casi de inmediato el problema de la basura, pero sigue latente el problema, tanto del incumplimiento de la empresa tratadora de los residuos, como la falta de un nuevo relleno sanitario, que al parecer, será bastante difícil de encontrar, debido a las condiciones del terreno en el propio Municipio de Xalapa.
Por ahora, todo está resuelto, pero no deja de ser, para el alcalde Rodríguez Herrero, una verdadera papa caliente.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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