UNA DE LAS mujeres más preparadas que ha contratado, por así decirlo, el Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, para fungir como Secretaria de Gobernación, en la próxima administración federal que se inicia el primero de diciembre, lo es, sin duda, Olga María del Carmen Sánchez Cordero, quien ha fungió durante mucho tiempo como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La futura funcionaria del Gobierno Federal, tiene, desde luego, una visión distinta a la que tiene el Presidente electo de México, y por eso, en momentos muy importantes antes del inicio del nuevo gobierno, se han dado ciertas diferencias que caen dentro de los desacuerdos que pudieran, más tarde, generar serios conflictos en el devenir político de la nación.
Resulta que la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y futura Secretaria de Gobernación, si es que no hay cambios por las contradicciones que se vienen dando, ha dicho que la consulta que se realiza en estos momentos para definir el rumbo del nuevo Aeropuerto de la ciudad de México, no es, de ninguna manera vinculatoria, sino solamente representa un instrumento para tomar una decisión, declaraciones que se dan en sentido contrario a las hechas por el propio Presidente electo.
Todo indica que por las prisas con las cuales se está pasando en estos días, previos a la rendición de protesta del nuevo mandatario nacional, no hay acuerdos, sobre todo, en lo que se expone ante la ciudadanía a través de los medios de comunicación. Esta falta de comunicación, podría ser la culpable de que se den declaraciones contrarias a las que emite el propio López Obrador, en un tema que no es nada simple, como lo quieren ver, sino que se trata de un tema sumamente delicado que involucra a la política, a la economía y sobre todo, a la confianza del exterior sobre las decisiones que se toman en México.
Es claro, que hasta ahora, todo lo que se diga y se haga, no tiene, todavía ninguna validez, en el sentido de que estas acciones están fuera del contexto constitucional, teniendo en cuenta que Andrés Manuel López Obrador, aún no es Presidente de la República, sino que se encuentra en la fase de un mandatario electo para un periodo que se inicia el primero de diciembre.
De ahí que estas contradicciones en lo que ya se pude considerar una cierta cúpula del poder, no oficial, desde luego, están haciendo, eso sí, mucho daño en la política interior y sobre todo, en la política exterior, donde están analizando cada palabra pronunciada por el futuro mandatario, lo que es delicado, porque se trata de una asunto de relaciones exteriores que México, debe mantener por todas las razones que se quieran exponer, más cuando todas ellas provienen de quien va a mandar y por lo tanto, debe haber garantía de seriedad.
Entonces, cuando el equipo político, el círculo de colaboradores, comienza a rebelarse o a salirse del marco institucional, pues comienzan, también, las especulaciones sobre un mandato constitucional, que pudiera complicarse para el mismo Presidente, ya en funciones.
Doña Olga, sin duda, tiene razón al exponer su opinión, porque sabe, desde el punto de vista jurídico, lo que procede, lo que se está haciendo bien y lo que se está haciendo mal, pero en esto de la política mexicana, la institucionalidad, se vuelve un principio político que se debe de respetar.
Será, pues, como lo dice la futura Secretaria de gobernación, que se está rompiendo con el Statuos Quo, no tan sólo en la consulta, sino también en la libertad de los funcionarios de la próxima administración, para hacer declaraciones respecto de lo que consideran importante, como el caso del nuevo Aeropuerto de la ciudad de México, porque hasta ahora, tanto a nivel nacional como estatal, no hay nadie, de los colaboradores de un gobierno, que se atreva a contradecir las palabras de quien manda.
Lo que está por verse es que sea vinculatoria para tomar la decisión final de suspender la obra del nuevo Aeropuerto, o de plano, seguir adelante, considerando que la aplicación de recursos que se ha hecho hasta ahora, es importante y además, sería parte de la garantía de respeto a los acuerdos que desde ahora, debe respaldar el nuevo gobierno.
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SI, ES CIERTO, de acuerdo a su política interior, el Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, no quiere, a decir también, de la futura Secretaria de gobernación, hacer nada que esté a espaldas del pueblo.
Esto es bueno, sin duda, pero hay decisiones que le corresponden, por su importancia, solamente al Presidente de la República, pues no se puede, como en el tema del Aeropuerto, someter a consulta un asunto técnico, donde se requiere amplio conocimiento de lo que se está respaldando.
No se puede, así nadamás, de la noche a la mañana, someter un asunto de carácter nacional, al criterio parcial, porque eso es lo que está sucediendo en estos momentos con el pueblo, porque se tiene entendido que la consulta de la que se ha estado hablando constantemente en estos días, no se está haciendo a todo el pueblo, a toda la sociedad, sino de manera manipulada con la finalidad de que el resultado favorezca la propuesta del Presidente electo, y no haya otras respuestas que pudieran afectar lo que en este momento, se cree, que ya es una decisión tomada, caprichosamente o no, como también, se ha dicho, pero que, finalmente, ya está determinada.
Es cierto, también, que se esta rompiendo con el statu quo, porque es algo que no se había visto en otro momento de la vida política de México, por lo menos en ochenta años en que se ha venido desenvolviendo esta nación, y que por lo tanto, esta práctica del poder en México, despierta, desde luego, diversas reacciones, sobre todo, en aquellos sectores de la sociedad donde existen intereses político y económicos, pero que tales acciones, deben, también, estar enmarcadas dentro de lo legal y también dentro de lo viable para que se pueda considerar aplicado de manera correcta.
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FUERA DE LAS contradicciones de las que hemos comentado y en la serie de opiniones que se han vertido en el asunto del aeropuerto, quizá, lo más conveniente, si es que el futuro Presidente de la República, requiere de respaldo para tomar una decisión que le corresponde, pero que no quiere tomar solo, por aquello de que las cosas salgan mal o inconvenientes a los proyectos nacionales, quizá, lo más prudente es que sea el propio Congreso Federal, quien apoye esta decisión, porque, finalmente, independientemente de la consulta que se realiza, son los representantes del pueblo, precisamente, para estas acciones.
Claro, que en este caso y como se encuentra la composición de las Cámaras de Diputados y Senadores, lo más probable es que surja una aprobación que favorezca las propuestas del futuro mandatario, pero de alguna manera, se pondría en la mesa de las discusiones con representantes populares que supuestamente conocen el asunto con más profundidad y que tienen, de cerca, también, el asesoramiento para tal efecto.
No estaría mal que fueran precisamente los Diputados y Senadores, quien a nombre del pueblo mexicano, al cual, insistimos, representa, quienes tomaran una decisión con el Presidente de la República, en un tema, que se quiera o no, es de interés nacional e internacional, y donde, desde ahora, esta puesta la mirada de los analistas internacionales que esperan una decisión correcta y viable.
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