«Cuando menos son tres las lecciones. Primero, se debe cuidar la economía, no subestimar los efectos colaterales de decisiones críticas que afectan la confianza en las autoridades y la certeza de derechos. Segunda, se tiene que adecuar la Ley de Participación Ciudadana si es decisión del gobierno recurrir con regularidad a la consulta. Finalmente, para unos y otros, hay que hacer un mayor esfuerzo para encontrar en la diversidad, las coincidencias que sean en beneficio de México. Queda claro que que la era del gobierno compartido con empresarios terminó, pero también que la polarización puede ser útil en época de elecciones, pero no para gobernar». Lo escribe Liébano Sáenz en «Milenio».