*De Ho chi min: “Podrás perder mil batallas, pero solamente al perder la risa abras conocido la auténtica derrota”. Camelot

EN EL PAN LA VIDA ES MÁS SABROSA

Fueron derrotados en todo el país, gracias a un fenómeno llamado AMLO. Que barría en caravanas por los pueblos y por las alamedas donde paseaba su inconformidad. Logró los 30 millones de votos, pues este era un pueblo, y lo es, harto de ver las corruptelas que generó el gobierno que se va, el federal, con la Rosario (No te preocupes, Rosario), y el del socavón y el de Odebrecht y varios pilluelos más. Las derrotas suelen ser así. Cuentan los que dicen saber de estas cosas, que el presidente electo vendrá a Veracruz al otro día de ser ungido rey, como Napoleón, que casi lo fue, y pedirá desde estas tierras ayuda humanitaria a la ONU y a los que se les ofrezca: al Papa, a Putin, a su cuate Maduro, Cruz Roja, Derechos Humanos; un veracruzano me dijo, de esos que no votaron por él, que eso lo debe hacer desde el Congreso de la Unión, donde es mayoría, y desde ahí lanzar una proclama a la Nación, para que se termine la violencia. Le vienen tiempos difíciles, todos sabemos de la mala numeralia donde caen 90 muertos diarios en toda la República, como si estuviéramos en guerra.. En fin, esperemos su proclama, pero es todo el país el que está infectado de bandas y crímenes, y a todo el país debe pedir ayuda humanitaria. Piden que también lo haga en Mataulipas, Baja California, Sinaloa, Guerrero, Michoacán, estados donde caen más víctimas y violencia que en el nuestro.

DIVIDIDOS SIN CALDERON

El PAN tuvo ayer su elección para renovar dirigencia nacional y algunas municipales, o estatales. Ganó el grupo de Marko Cortés, donde anda ahí cerca Chikiyunes de Veracruz, y Felipe Calderón, que buen presidente fue del país, se ha enojado y presentó su renuncia a ese partido donde militaron él y Margarita por años y años, al grito de: ‘En el PAN, la vida ya no es más sabrosa’, se ha ido como en la pelota de béisbol: “No, no, no, qué no, díganle que no a esa pelota”, cantaría el cronista de ESPN. Como un jonrón, Felipillo salió por piernas haciéndoles el fuchi y la ‘roqueseñal’ a sus antiguos compañeros de sector y de partido, ahora va por un partido suyo y de Margarita, como lo han hecho pocos, solo dos políticos han parido uno, Dante Delgado Rannauro, que desde ese tiempo que le dieron el visto bueno como partido a su Convergencia, ha vivido la vida loca sin preocuparse si llegará el dinero para la quincena, tener un partido así, es algo que ni la tarjeta Master Card puede comprar. El otro es AMLO, se hizo de Morena y del país. Veremos cómo le va a Calderón.

LA TUMBA SIN NOMBRE DE LORCA

Federico García Lorca, poeta inmortal de los españoles y del mundo, fue fusilado a inicios de la Guerra Civil española. Una guerra que dividió a hermanos y a comunidades vecinas. Ensangrentó a un país (1936-1939) y logró que entre ellos se dieran con todo, una guerra de odios. Lorca fue asesinado a los inicios de esa guerra, en una cañada barranco de Viznar. A 80 años de ese crimen que a nadie benefició, los restos de algunos allí sepultados en la clandestinidad, aún están en la búsqueda. Hace no mucho, expertos en temas lorquianos y españoles que hurgan los restos de sus familiares, con orden del multicitado juez, Baltasar Garzón, se dieron a la tarea de encontrar a su poeta inmortal. No aparecen. La familia se ha negado a ello, pero el mundo espera con expectación. Ian Gibson, novelista y escritor, es quien más ha entregado parte de su vida a relatar la Vida y Obra de Lorca. Ahora en España apareció un nuevo libro, ‘La fosa de Lorca’, el hombre que mejores biografías y avatares ha escrito sobre ese crimen cuya herida aún no cicatriza. El libro es la apasionada crónica de una búsqueda infructuosa, que ha llevado a propios y extraños a topar con pared y no tener respuesta final. La familia pide que no hurguen más en esa historia terrible que ensombreció a España, que lo dejen descansar en paz, si es que así se puede descansar en paz, en una tumba anónima, no olvidada, sólo anónima, al pie del olivo y el barranquillo en Víznar, en Granada, tierra ensangrentada. De ese suceso, Antonio Machado escribió un poema: “Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico, cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva!

Muerto cayó Federico —sangre en la frente y plomo en las entrañas— Que fue en Granada el crimen sabed — ¡pobre Granada!—, en su Granada.

Se le vio caminar… Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga: el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!.

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