Agustín Basilio de la Vega
En esta semana por primera vez en la historia reciente, tanto el presidente de la República como el gobernador de Veracruz iniciarán al mismo tiempo sus respectivos mandatos constitucionales. Este objetivo largamente perseguido por el que se tienen elecciones y gobiernos concurrentes en este Estado, se ve opacado por el capricho Duartista de hacer ayuntamientos de 4 años.
El mandato de Andrés Manuel López obrador empezará marcado por la cancelación de NAIM en contra de opinión de Mitre y de muchos mexicanos. De manera inmediata, de insistir en esta medida, provocará la perdida 45 mil empleos. Esta intención le está costando al país el 0.7% del PIB según los cálculos de especialistas.
Otros anuncios precipitados respecto a las comisiones bancarias colapsó la Bolsa Mexicana de Valores y perdió 4.8% en un solo día (durante este periodo de transición el IPC de la BMV retrocedió también con el anuncio de cancelación del NAIM)
Otros retos que enfrentará la próxima administración son la desaparición de la Policía Federal y la permanencia del ejército en labores de seguridad. No perseguir la corrupción sino “perdonar” a los anteriores involucrados en este cáncer social es otro problema pues si no se actúa jurídicamente ante la comisión de delitos como el peculado, se generará mayor impunidad y desconfianza en la impartición de justicia. La eliminación de licitaciones públicas es otra forma de corrupción.
Muchos burócratas se sienten amenazados con reducción de sueldos y el cambio de oficinas de dependencias federales. La realización de pseudo consultas devalúa la democracia y pervierte la participación ciudadana al convertirla en un mecanismo tramposo para justificar acciones sin sustento técnico.
En el ámbito estatal también se avizoran tiempos interesantes como la creación de los coordinadores de delegados que son figuras calificadas por los conocedores como elementos anti federalistas pues generan una instancia de poder federal intermedia entre los ayuntamientos, los estados y la federación.
El bajo nivel de preparación y experiencia, que hasta ahora se ha visto, de colaboradores del próximo gobernador Cuitláhuac García, genera incertidumbre. Por otro lado, no se ha informado a la sociedad una idea clara del plan de desarrollo que aplicarán. Llama la atención las cuentas alegres que han hecho respecto de las participaciones federales que recibirá Veracruz pero solo son especulaciones sin fundamento.
Ojalá todo sea solo un mal presagio y entren en cordura estas dos futuras administraciones que deberían aplicarse en generar confianza en los inversionistas para que se crean más empleos. @basiliodelavega 26 de noviembre de 2018.