En agosto de este año, un mes después de la elección, Andrés Manuel López Obrador tenía un porcentaje de aprobación de 64.6% y tres meses después, en noviembre, de 55.6% que son 9 puntos menos, según encuesta de El Universal (26.11.18)

Y hace tres meses, en agosto, 69.0 % de los encuestados pensaba que con López Obrador la situación del país iba a mejorar, pero en noviembre opinan eso 60.0 %, que también es una disminución de 9 puntos.

Cae el porcentaje de los que piensan que el próximo presidente sí va a cumplir con sus promesas de campaña, que pasa de 64.5% en agosto a 49.0% en noviembre, disminución de 15.5 puntos.

La calificación promedio pasa de 7.43 en agosto a 6.81 en noviembre. Una disminución de 0.62 puntos. Es una caída menor, pero que va en contra de lo esperado.

¿Qué explica esta caída? Una primera respuesta sería que López Obrador, en estos cinco meses, se ha desgastado en una Presidencia de facto en la que ha abierto una gran cantidad de frentes. La encuesta señala valoraciones puntuales de los encuestados que aportan datos para una respuesta más precisa. Todas apuntan a una reducción de las expectativas en torno a la economía y la seguridad.

Entre agosto y noviembre disminuye el número de los encuestados que piensa que la economía del país va a ser el mayor logro del presidente al pasar de 16.5 a 12.6%, una reducción de 3.9 puntos.

La expectativa de una mayor creación de empleos también se reduce al pasar, de agosto a noviembre, de 9.6 a 8.5%, caída de 1.1 puntos.

Cae la expectativa sobre la reducción de la pobreza como uno de los grandes logros del próximo gobierno al pasar de 29.9% en agosto a 28.1% en noviembre, reducción de 1.8 puntos.

Crece el número de quienes piensan que el mayor error de López Obrador puede ser el combate a la corrupción que pasa de 19.9% en agosto a 20.4% en noviembre, un aumento de 0.5.

Las variaciones en estos rubros son menores o incluso marginales, pero manifiestan un cambio en la percepción ciudadana. Frente a la cobertura de prensa que ha tenido López Obrador lo obvio era de esperar que mejoraran las expectativas en los campos señalados, pero se han reducido.

Toda encuesta es una fotografía de un momento y no más, pero tampoco menos. Lo único seguro es que estos números se van a modificar. El presidente podrá crecer en aceptación, pero también disminuir.

Lo normal en todos los países es que ocurra lo segundo. Siempre las expectativas ciudadanas son mayores a la capacidad de respuesta del gobierno y es evidente que el ejercicio de la función pública desgasta.

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El Economista