*Si vas a ser malo, procura ser bueno. Camelot.

AMLO EN XALAPA

Con su populismo a cuestas. En la Terminal 2 del AICM, como cualquier hijo de vecino, se formó en la fila del vuelo de Aeromar rumbo a Xalapa, y un empleado llegó a decirle que si quería pasar adelante, y le dijo nones, aquí hago fila. Gobernará AMLO como José ‘Pepe’ Mújica, el presidente uruguayo que andaba en un volchito bien jodido, y que rehusó dormir también en la residencia presidencial. Como lo prometió en sus tiempos de electo, el presidente Andrés Manuel llegó a Xalapa, allí donde a veces hay manifestaciones y otras veces algarabías. Frente a Palacio y al pie de la Catedral. El domingo fue de fiesta. Una nueva forma personal de gobernar irrumpe en este país, donde al liberalismo le cantaron el Ave María y debe morir para siempre sepultado sin sepultureros, solo uno (la cara de Peña Nieto, cuando en su jeta le zampaban sus fracasos, es de recordar, debían modificar ese acto, el presidente saliente debe llegar, entregar la banda e irse a su casa, no hay necesidad de esa rudeza, aunque sea cierta, el pobre inflaba los cachetes y se le secaba la boca y hasta aquellito) Llega a Veracruz a brindar apoyo al nuevo gobernador, Cuitláhuac García, y a leer algunos de los 100 puntos que le corresponden a nuestro Estado, más el de las tumbas anónimas y las madres de Colectivos, que no encuentran a los suyos; de su programa de Gobierno que inicia en este país maldito y de muertes, y lo recibe con 19 muertos en el país pero con grandes esperanzas de que el hombre que siempre se preparó para estar en el poder, pueda tranquilizar esas aguas malas. En el acto, quien dio la nota fue Héctor Yunes Landa, como en el día de la caña de pescar, tuvo su mala tarde, argumentó que como diputado había sido invitado al acto presidencial, pero en cuanto trepó al templete, según él mismo explicó en su tuiter y ya las redes sociales lo tenían en el aire, le habían invitado pero estando allí al parecer lo desinvitaron. (después de ello, el gobernador Cuitláhuac se disculpó con él por el incidente, y le invitó un café en su oficina). Era una fiesta de ellos, solo de ellos, no tenían priístas ni panistas que estar en ese jolgorio donde AMLO venía a purificarnos, porque purificado viene de esa bella ceremonia donde los indígenas de los 68 pueblos se arrodillaron y lo hicieron arrodillarse ante todos los dioses habidos y por haber, para que a México le vaya bien y que las comunidades indígenas no sufran ese abandono en que los ha tenido ese cochino neoliberalismo. Bienvenido, Presidente.

EL ADIOS A MINERVA JUNCO

Temprano me llamó la doctora Minerva Junco. Se despedía de los 5 años 9 meses que estuvo al frente del Hospital Regional de Rio Blanco, uno que ella le dio prestigio y con su trabajo profesional fue catalogado por propios y extraños como de muy buen nivel. Ganador de varios premios internacionales y todos los IFOS habidos y por haber. Hospital que da atención a gente muy necesitada, a comunidades indígenas. Minerva aguantó cambios de gobierno, cuando el PRI ahí andaba y el PAN llegó y la ratificó. Vienen las tribus de Morena y arrasan con los puestos. Ojalá les vaya bien. Minerva se va a su base del sector salud a Boca del Rio. Suerte, doctora, aquí dejó usted buena huella.

LOS PINOS ABIERTOS DE PAR EN PAR

Las escenas televisivas nos mostraron a la gente que, en fila y desesperada, aguantaba a que abrieran las puertas no de las tiendas como cuando llega el shopping de un Buen Fin, que ansiosos compradores se forman para apañar los descuentos mañaneros. No, aquí fue en Los Pinos, donde durmieron y vivieron 13 presidentes y desde que llegó la Pejemanía, el presidente duerme en su casa, en su camita de rococó y su colchón Dormimundo, sin lujos y sin los 8 mil militares que en el Estado Mayor Presidencial se dedicaban a cuidar al presidente. Para Ripley, 8 mil para cuidar a una familia. Solo en los tiempos de los imperios se veía eso. No solo era la nómina de esos militares, que los absorbe la Secretaría de la Defensa y no se quedarán sin trabajo, eran los gastos que generaban, porque el presidente normalmente salía tres o cuatro veces por semana al interior del país, y había que mandar diversos equipos de avanzada, lo que generaban muchísimo gastos a costa del erario. Hizo bien Andrés Manuel, eso y el avión deben irse para siempre, aunque debe cuidar su seguridad con un equipo adecuado, el presidente es el presidente. Comento esto porque cuando la gente se formaba en Los Pinos, contaron la cuenta regresiva del 10 al 0 y abrieron, y quitaron para siempre esos letreros de Prohibido el paso. El paso no está prohibido, la escena se me asemejó a lo que he leído, de cuando cayeron los reyes de Francia o el imperio de los Romanoff, en Rusia, abrieron las puertas de los palacios para que vieran con que riqueza y lujos vivían. Me llamó la atención que un hombre llegó y se arrodilló y besó ese adoquín, donde la patria a veces jugaba con la vida, y a veces con la muerte, como los volados. Una familia humilde llegó del interior del país y se tomaron la foto, donde Peña paseaba sus malhumores o buenos humores, se hizo viral, al lado pusieron a la familia presidencial, para hacer comparaciones. Nunca más esas puertas se cerrarán, al menos por este sexenio, quien sabe si en los vientos del cambio de 2024, llegue otra corriente y las vuelvan a abrir de par en par, en México todo es posible.

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