AUN CUANDO todo mundo sabe que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, canceló el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la ciudad de México, dicho acto no estaba enmarcado dentro de la oficial decisión presidencial, porque, sencillamente, López Obrador, no era el titular del Poder Ejecutivo, por lo que tendría que ratificarse ahora, que ya siendo Presidente de la República, dicho acto tendría la legalidad correspondiente.
Esto quiere decir, que surge la posibilidad de que el Presidente, tenga mayor información al respecto y se pueda continuar, como se está haciendo en estos días, la construcción definitiva de esta importante obra para los mexicanos en general.
El mismo mandatario nacional, lo dejó entrever, ayer, durante la conferencia mañanera con los medios de comunicación, luego de que le preguntaron sobre este tema, que al parecer no está cerrado del todo, sino que hay todavía una lejana posibilidad de que se reconsidere la decisión tomada antes de que el Presidente, tomara posesión del poder nacional.
En este sentido, se dijo también, que las obras están en marcha, que no se han detenido y que están a cargo, por ahora, de la propia Secretaría de Hacienda, tanto que se ha dicho que para proteger las inversiones de las empresas que estaban participando activamente en la construcción del Aeropuerto de Texcoco, el gobierno de la República, estaría comprando los bonos de participación en esta magna obra, con la finalidad de que los inversionistas se sientan más seguros de que se respetarán sus recursos, sobre todo, en las recientes declaraciones que se han hecho desde el exterior en el sentido de que la cancelación de la obra, crea desconfianza en la administración federal.
El tema de la desconfianza, es lo que, de alguna manera, ha estado deteniendo la definitiva cancelación, porque se está reflexionado seriamente en esta posibilidad de que los inversionistas extranjeros puedan retirar sus proyectos, aparte del NAIM, de otras obras importantes para el desarrollo nacional.
López Obrador, como se sabe, había anunciado desde tiempos de la campaña presidencial, la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, por significar el destino de muchos recursos públicos, que podrían servir para aliviar otras necesidades que tienen los mexicanos en general, basado, desde luego, en la austeridad republicana, ya que mientras existan otras necesidades básicas, no se podría estar construyendo una obra de la magnitud que tiene el proyecto aeroportuario de la ciudad de México, aún cuando, como se sabe, ya es necesario por la saturación que ya presenta el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
Sin embargo, la opción de Santa Lucía, ha tenido obstáculos, puesto que gran parte de los expertos en esta materia, han dicho que esta solución podría no ser del todo satisfactoria y que la inversión también tendría que ser significativa y que tarde o temprano, se tendría que pensar en una obra de las dimensiones que tiene el proyecto actual de Texcoco, para poder cumplir con todas las especificaciones internacionales, respecto al funcionamiento de un aeropuerto de tales dimensiones.
Así es que, como decíamos, todo indica que el tema de la cancelación del aeropuerto podría prolongarse, tanto por los estudios que se siguen haciendo, como por la continuación de la obra, que según se sabe, no se ha parado, sino que las empresas siguen cumpliendo con los contratos firmados, además de que siguen surgiendo inconformidades sobre la cancelación, ya que de todos modos, en unos años, se tendría la necesidad de establecer un aeropuerto con estas características que ahora tiene el proyecto del nuevo aeropuerto de la ciudad de México.
Si las obras continúan y el mismo Presidente de la República, no ha dicho la última palabra, hay, se asegura en varios sectores relacionados con este tema, la posibilidad de que pueda construirse el aeropuerto, más cuando las obras están bastante avanzadas y la inversión ya se ha hecho mayor durante los recientes meses en que no se paralizaron las actividades de la construcción.
Se habla también de que la obra podría prolongarse por más tiempo, es decir, que no se terminaría en el periodo establecido por ahora, sino que conforme el gobierno de la república, cuente con los presupuestos necesarios, se caminaría rumbo a la conclusión de esta magna obra aeroportuaria, sin descartar que se tengan otros esquemas de participación, donde el gobierno no tenga tanta carga presupuestal y se pueda aliviar toda la inversión.
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El titular del Orfis, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, ha resultado, pese a todas las presiones recibidas y los golpeteos políticos de que ha sido objeto, uno de los funcionarios más responsables del área de la fiscalización de toda la actuación de dependencias y organismos que se consideran fiscalizables por el organismo que representa.
Es, hasta ahora, el funcionario más calificado para continuar las acciones fiscalizadoras y por tanto de transparencia en el ejercicio público, como se quiere que sea ahora en todos los niveles de gobierno, resultando, de esta manera, que el Orfis, adquiere mayor importancia por los trabajos que ahí se desempeñan, sobre todo, cuidando que los recursos públicos, sean aplicados correctamente, evitando que se pueda seguir con la practica tan nociva de la corrupción.
Como se sabe, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, ha tenido que salvar obstáculos que le han venido generando, precisamente, por no haber aceptado ser cómplice de muchas acciones de corrupción, demostrando con ello que tiene plena voluntad de cumplir con los nuevos esquemas de anticorrupción que ya se vienen planteando a nivel local y federal.
Portilla Vázquez, cuenta con una amplia hoja de servicios y aunque su periodo al frente del Orfis, culmina el año que ya está por iniciarse, existe la posibilidad de que se reconsidere su continuidad, luego del reconocimiento que se le tiene en el ejercicio de las acciones que encabeza en el organismo a su cargo.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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