SU PARTICIPACION en el proceso para obtener una magistratura en el Poder Judicial del Estado, tal vez, no lo lleve, exactamente, a ocupar este espacio judicial, como tanto se ha especulado, pero de lo que si estamos seguros, es que Américo Zúñiga Martínez, tuvo esta oportunidad que le llegó como anillo al dedo, para poderse zafar de la enorme responsabilidad que tenía en la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional.

De aquí en adelante, si no se hace lo de la magistratura, tendrá la oportunidad de buscar en otros lados, una posición que lo saque del ostracismo en que había quedado atrapado por mucho tiempo, quizá más valioso, que esperar las nuevas directrices del Comité Ejecutivo Nacional de su partido.

Hubo muchos analistas políticos que consideraron que Américo, podría quedarse otro tiempo más y no faltaron los que aseguraron que él mismo buscaba otro periodo más dentro de la dirigencia, a lo mejor, se dijo también, con el propósito de demostrar que la derrota de su partido, no fue, precisamente, toda su culpa, sino que fue parte del momento político y de las propias circunstancias que se vivieron después del fallido gobierno duartista, que aún cuando ya ha pasado el tiempo, no deja de ser un terrible obstáculo para el fortalecimiento del tricolor en Veracruz.

Américo, como se sabe, hizo su trabajo, pero en medio de grandes dificultades políticas, porque antes de llegar a dirigir las acciones del tricolor, ya se gestaba un repudio de grandes dimensiones para todo aquello que oliera a PRI, como si las siglas tuvieran la culpa de las malas acciones de los gobernantes que salieron de sus filas.

Lo que sí podemos decir en este momento, es que Américo, encontró la forma de salirse de esta enredadera, porque se ha de saber que muchos le cargaron toda la pesada loza del desastre político que ha sufrido su partido y que de alguna manera lo hacían culpable directo de todo lo que pasó, cuando en realidad, la culpa tenía que ser bien repartida y más cargada a quienes con sus ambiciones políticas, se apoderaron de su flaqueza para inducirlo al desorden y la quiebra política. Hubo muchos factores en la caída estrepitosa del tricolor, por lo que, Américo, como líder estatal, tuvo que cargar con la responsabilidad y la culpa.

Pero, bueno, primero se dijo por el mismo, que su salida de la dirigencia estaba programada para el mes de noviembre pasado. Fue una declaración absoluta y que parecía no tener más cambios. Sin embargo, no fue así, porque a Américo, lo obligaron, no le pidieron, que se mantuviera al frente del PRI estatal, en tanto, también, en la dirigencia nacional, se recomponían las cosas, pues la derrota no fue solamente en Veracruz, sino en todo el país, lo que de alguna manera, exculpa, también al propio Américo Zúñiga Martínez.
Posteriormente, se dieron otras fechas, destacando que sería, definitivamente, en el mes de abril cuando se tuviera que emprender el proceso renovador de la dirigencia estatal, por lo que Américo, debería aguantar hasta ese tiempo y entregar cuentas directamente a quien llegara a ocupar su lugar en la Presidencia del Comité Directivo Estatal.

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YA LE BUSCAN TRES PIES al gato, cuando se sabe que tiene cuatro, exactamente cuatro, luego de que han comenzado las especulaciones de que la investigación que está haciendo o va a hacer, el ORFIS, sobre el asunto de las cámaras de vigilancia instaladas, es una especie de deslealtad política, cuando se sabe que el Auditor General, solo cumple con una obligación de su propio encargo, pues no es la primera vez que se ordena una investigación de esta naturaleza.

Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, titular del ORFIS, no necesita de estas estrategias políticas para agradar a quien hoy manda en Veracruz, pues su preparación, el conocimiento que tiene de todos estos menesteres, así como la experiencia acumulada de muchos años, es suficiente para no involucrarse en aspectos políticos y menos de alguna venganza o deslealtad política, porque el trabajo que se desarrolla en el Órgano de Fiscalización, es meramente técnica y lo que tiene encomendado, se cumple al pie de la letra, sin importar a quien o quienes pueda afectar una auditoría, fiscalización o investigación.

Ha quedado claro que el ORFIS, es una institución también, en la cual se apoyan los legisladores para tener una visión clara y exacta de lo que está sucediendo con los entes fiscalizables, porque ahí se cuenta con los elementos necesarios, los instrumentos legales y el equipo profesional para hacer este trabajo.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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