Por Ramón Durón Ruíz (†)
Cuando la última hoja del almanaque 2018 cae, la palabra que puede compendiar mejor lo que el año que se va trajo a nuestra vida es ¡Gracias! Tú me has enseñado Padre, que la palabra Gracias a pesar de ser tan pequeña, metafísicamente es poderosa, porque está llena de la magia del amor y cuando brota del fondo del alma, se vuelve tan eficaz como poderosa, porque cubre con un resplandor divino nuestra vida. Querido lector en este inicio de 2019, agradezco que me sigas leyendo, te bendigo con amor, decreto que este será el mejor año de tu vida. Te recuerdo que pa’ el viejo Filósofo tres cosas son fundamentales para comenzar el año:
1.- Bendecir, Pierre Pradervand dice: “Al despertar, bendiga su día, porque está ya desbordando de una abundancia de bienes… Porque bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del Universo. Ese bien lo único que espera es una señal suya para poder manifestarse…
Bendiga a todos. La paz de su bendición será la compañera de su camino… porque esas bendiciones esparcen las semillas de la curación… Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado –para los demás y para los acontecimientos de la vida.
Quien sea […tocado] por su bendición es un ser privilegiado y consagrado. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o algo. Bendice todo y a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema del don, porque aquellos a los que bendice nunca sabrán de dónde vino el rayo de sol que rasgó de pronto las nubes de su cielo, y usted rara vez serán testigos de esa luz que ha iluminado su vida.
Cuando en su jornada surja algún suceso inesperado que lo desconcierte y eche por tierra planes, explote en bendiciones, porque la vida está a punto de enseñarle una lección, aunque su copa pueda parecerle amarga… Las pruebas son otras tantas bendiciones ocultas. Y legiones de ángeles siguen sus huellas.
Bendecir significa reconocer […la] belleza omnipresente, oculta a los ojos materiales. Es activar la ley universal de la atracción que, desde el fondo del universo, traerá a su vida exactamente lo que necesita en el momento presente para crecer y avanzar.
Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Mantenga en usted mismo ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior, como una perpetua plegaria silenciosa, porque será un artesano de la paz, y un día descubrirá por todas partes el rostro mismo de Dios”1
Así que te invito a que inicies tu año bendiciendo a tus padres, a tu familia, tu hogar, tus alimentos, tu trabajo, tus amigos y a los enemigos también, bendice a los huérfanos y a los desamparados, a las madres solteras y los enfermos, a los desempleados y a quienes viven en la calle, al universo, tu vida cambiará como por arte de magia.
2.- Ora, porque orar, dice Tomas Fuller “Debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche” recuerda que hacer una oración es el más maravilloso puente hacia el universo, es conversar con Dios desde lo más íntimo de tu alma. Oramos, para alabar a nuestro Padre, para solicitar ayuda, para bendecir. Cuando oras, no necesita elevar el tono de voz, basta con que tus palabras salgan del fondo de tu corazón para que sean escuchadas.
Orar, sólo requiere que en humildad tengas una conversación intensa con el Padre, permitiéndote construir un puente ilimitado de amor con Dios, que trae sanidad, que mitiga el sufrimiento, que le aporta paz interior, luz, amor, bienaventuranza y bendiciones a tu vida.
HOY, DATE PERMISO DE… orar, abraza al más maravilloso encuentro con Dios, toda la energía del universo se concentrará en ti, iniciaras un maravilloso proceso de renovación que vaciará tu vida de dolor, resentimientos y de pensamientos perturbadores, renovando tu energía vital con pensamientos positivos y creativos que lo harán recipiendario de las mil y una bendiciones que el universo tiene para ti.
3.- Sonríe, porque hacerlo es agradecer el milagro del nuevo día, y enviar el mensaje que adentro hay un alma en plenitud que disfruta las bendiciones y el amor que diariamente el Padre entrega para tu vida.
A propósito de sonreír, me permito presentar a usted la “ORACIÓN DEL TRAILERO”
“Padre… oro para solicitarte ayuda para no ser asaltado;
Pero si me asaltan, que no me quiten la carga;
Si me quitan la carga, que no se lleven el tractor;
Si se llevan el tractor, que no me secuestren;
Si me secuestran, que ni me mochen un dedo;
Si no me mochan un dedo, que no me golpeen;
Si me golpean, que no me peguen en el rostro;
Si no me pegan en el rostro… que no me violen;
Si me violan, que no me guste;
Y si me gusta… ¡QUE NO ME FALTE!”
1 www.cecura.org.mx/Octubre-11.htm
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