*De Reyes Heroles: “En política lo que parece es”. Camelot.
AQUEL QUINAZO (10 DE ENERO)
Los que somos de aquel tiempo de Parchis, cuando en un día como este, pero de otro año, el presidente Carlos Salinas de Gortari, junto a su poderoso secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, le hizo manita de puerco al poderoso líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia ‘La Quina’, un 10 de enero de 1989, presente lo tengo yo, como diría el corrido de la Revolución. La Quina le jugó las contras al candidato Salinas y en cuanto se hizo presidente le cargaron un muertito y el Ejército fue por él, descabezando ese poderoso sindicato. Soberbio, no entendía el poder presidencial, que todo avasalla. Yo recuerdo en mi coco perturbador aquello. Sucede que en el hotel Inglaterra, de la céntrica calle Salvador Díaz Mirón, en Tampico, el candidato Salinas y el dirigente petrolero y Gutiérrez Barrios, que era gobernador de Veracruz, se encerraron en un cuarto del hotel y Salinas le reclamó el porqué del apoyo a Cuauhtémoc Cárdenas, cuando el sistema le daba todo. No entendió esas palabras y la cárcel fue su destino. Al grito de Jugóme una negra traición, la cumbia se fue de ronda. Un golpe que legitimó al presidente. Toco el tema porque ayer mismo, quizá por la coincidencia de la fecha, se hablaba de que capturarían a otro corrupto, Carlos Romero Deschamps, de quien AMLO y su equipo encontraron un robo casi perfecto, como esa película de Las Vegas, donde coludidas gente del sindicato, jefes de la seguridad, ingenieros, petroleros, talacheros y chupadores, todos se confabulaban para robarle al país su gasolina, eran millones y millones diarios los que cambiaban de manos; en lugar de que entraran a las arcas de la nación, se iban a bolsillos de corruptos. Ese mensaje que circuló en redes sociales, no creo sea cierto. El mismo Romero Deschamps firmó un desplegado apoyando a AMLO. Las investigaciones llegarán adónde tengan que llegar, y si es necesario detenerles, los detendrán. El presidente volvió a las acusaciones mañaneras, de que en los tres sexenios que pasaron: Fox, Calderón y Peña, sabían de estas fugas y estos chupamaros. Y nada hicieron.
MILENA KOPRIVITZA (MUSEO DE ARTE DEL ESTADO)
Milena, de apellido difícil de pronunciar. Koprivitza Acuña, deja después de 8 años, la dirección del Museo de Arte del Estado, por el rumbo de la Concordia en Orizaba. Ese museo que un día, el exgobernador del cuatrienio, Dante Alfonso Delgado Rannauro, instaló y rescató para Veracruz con las obras de Diego Rivera, que el otro gobernador, Agustín Acosta Lagunes, también incrementó porque adoraban la cultura, en contra de lo que decía el presidente Abraham Lincoln: “La cultura me persigue, pero no me alcanza, soy más rápido que ella”, con todo y que es un país que tienen extraordinarios museos, como el Smithsoniano de Washington, al cual un día entré para ver la parte de su aviación en el Salón Museo del Aire y el Espacio, donde tienen los bombarderos de la Segunda Guerra Mundial hasta las cápsulas espaciales de la NASA. Tienen allí el avión Espíritu de San Luis, con el que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico solito, en un vuelo sin escalas de Nueva York a París en 1927, y uno de los aviones de Amelia Earhart, la piloto desaparecida y nunca encontrada en el Océano Pacifico, en 1937. Pero estaba con Milena. Hace poco un mutuo amigo, Federico Montellano, comería con ella en su restaurante con unos amigos de despedida, me invitó pero andaba de viaje por Xalapa y no pude asistir. Conocí el trabajo de Milena, Maestra y Curadora, mujer dedicada en cuerpo y alma a la cultura, apenas fue relevada porque llegaron cambios de la 4T y necesitan esos lugares para los suyos. Algún día de hace un tiempo, creo que unos dos años, entregué para el Museo una copia fotográfica de un bello cuadro de Orizaba, con sus casas y sus techos todos de teja, obsequio y donación de la familia Pérez Avella, que por ahí debe andar en alguna de las salas de exposición. Será recordada con afecto, deja muchos amigos y el ejemplo de que aumentó las visitas a ese Museo de Arte del Estado, que preserva la colección de Los Diegos, como se les llama a la obra de Diego Rivera. Qué encuentres buen camino, Milena. Un abrazo.
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