Miguel Ángel Gómez Jácome

Aunque me gustaría decir que no es cada año o que no pasa tan seguido, este Día Internacional de la Mujer 2019 se enmarca nuevamente entre grandes contrastes en nuestro país. Antes que nada, hay que recordar que el Día Internacional de la Mujer no celebra a las mujeres “porque son el ser más bello de la creación” o “porque su belleza, comprensión y apoyo hace mejor al mundo” o por un sinfín de razones que hacen alusión a la feminidad, a su “rol de madres o cuidadoras”. Y, sobre todo, no celebra a las mujeres por ser mujeres.
No, el Día Internacional de la Mujer conmemora una lucha, una lucha por la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo de las mujeres, quienes se han visto discriminadas, encasilladas y limitadas durante nuestra historia. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, este día “se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”. ¿Qué quiere decir? Que este día conmemoramos a todas las luchadoras que desde sus respectivas trincheras han aportado a la mejora de estos aspectos. En este contexto, este día en México encontramos contrastes en la lucha.
Por un lado, hace unos días el Estado al fin reconoció que la violencia contra las mujeres, la violencia de género, es su responsabilidad y problema y, por ende, debe formar parte de las estrategias que se articulen desde todos los frentes que competen al Estado para reducirla. Algunos legisladores han criticado que el plan es muy ambiguo. En efecto, y creo que como en todo, el plan es mejorable en diversos frentes. Sin embargo, creo que es muy importante reconocer este avance en la lucha contra la violencia de género. En particular en un país en el que los feminicidios aumentaron entre 2014 y 2018 en más de 100% a nivel nacional, de acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, citado por Animal Político.
Una victoria más, que llegó de la mano con el anuncio de la estrategia antes mencionada, es que también se anunció que los refugios para las mujeres en situación de violencia continuarían sus funciones como estaba previsto, aunque bajo la rectoría del Estado. Esto luego de que diversas voces se levantaron cuando se anunció que se estaba revisando qué hacer con las mujeres que estuvieran en situación de violencia y que, en el mismo esquema que las estancias infantiles, se estaba analizando entregar apoyos directamente. Una declaración que muestra una falta de entendimiento total de la situación de las mujeres que asisten a esos refugios.
Sin embargo, la misma semana que se anuncian estas acciones, llega una muy lamentable noticia desde el estado de Nuevo León. El Congreso local hizo una reforma a su constitución en la que protege la vida desde la concepción. Esto, en la práctica, criminaliza a quienes practiquen un aborto y abre la puerta para encarcelar a mujeres que decidan o quieran interrumpir su embarazo, así como a los médicos que lo practiquen. Este tipo de castigo contra el aborto no va a hacer que el aborto desaparezca.
Lo que provocará es que quien pueda, económicamente hablando, busque un aborto probablemente en la Ciudad de México, donde lleva más de 10 años legal y gratuito el servicio (por cierto, sin una sola defunción en ese periodo). Y para quienes no puedan viajar para hacerlo, buscarán hacerlo de manera clandestina. Esto puede aumentar el riesgo de que sea practicado de manera insalubre e insegura. El punto es que este tipo de leyes punitivas no logran su objetivo que es detener el aborto. Lo que se logra es dañar a la población más vulnerable y con menores recursos. Esas mujeres son las que tendrán más riesgo de complicaciones, de salud e incluso de prisión.
Esta decisión del Congreso de Nuevo León, al mismo tiempo contrasta directamente con las declaraciones de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, hace unos días, quien dijo que se podría explorar tener un código penal único que estableciera no criminalizar a la mujer por abortar. La clave de estos dichos es no criminalizar a la mujer. No buscar su encarcelamiento por este tipo de decisión, que debería sobrar decir, no es una decisión fácil, sencilla y sin consecuencias personales y emocionales, contrario a lo que muchas personas creen.
Esta lucha, no obstante, continúa en la esfera nacional. Un día después de los cambios en Nuevo León, el PRD en el Senado presentó una iniciativa de ley y varias modificaciones para respetar el derecho a decidir de las mujeres y legalizar el aborto. Al mismo tiempo, la senadora por MORENA Lilly Téllez expresó su rechazo al aborto y exhortó a quienes estén en contra a unirse para crear una iniciativa en contra del aborto. Todo esto, días antes de la conmemoración de una lucha por mejores condiciones para las mujeres. Un día lleno de contrastes.
#AbortoLegalParaTodoMéxico
@MikeGomezJacome