Buen día apreciado lector:

Decía el miércoles que ahora le daría otros detalles de esta vida tan airada de la que por donde quiera que se le rasque aparece la mugre de la que tanto habla el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Así pues, con esa inocente y tierna falta de cultura de los parquímetros, de la que a Dios gracias valoramos no tener los xalapeños, estacioné mi carro cerca del malecón y salí a la carrera.

En justicia, aquí hago un paréntesis para señalar que, siendo presidente municipal de Xalapa el empresario David Velasco Chedraui y el entonces director de Tránsito Edmundo Martínez Zaleta, se opusieron a los parquímetros y también al uso de las grúas en las calles, que hoy proliferan también en gobiernos “del pueblo”, porque precisamente ambos consideraron sería una agresión más a las mayorías y no podía ser posible.

Le sigo contando: eran alrededor de las trece horas; dejé estacionado el coche frente al Malecón, fui a entrevistarme con unas personas y como a los diez minutos alguien me dice “oye ¿pagaste el parquímetro?”; ¡en la torre!, voy corriendo y ya le habían encajado la pinche araña metálica a una llanta.

No sabía qué hacer. Me acerqué a tres respetables flojonazos de gafas oscuras que se rascaban y solo miraban expectantes.

-Oigan ¿sabrán ustedes cómo le hago para que me quiten el castigo?; no había siquiera un atento poli, socio o empleado municipal al que le paguen un sueldo para alertar o exhortar a usuarios a caerse con su lana.

-Je, je, jefe, si quiere yo voy a pagar su multa, es aquí cerquita, en el edificio Trigueros, comentó uno de ellos.

-Ok, gracias, yo voy. Así lo hice, la cobradora me dijo que efectivamente se infraccionaba mucho y sobre todo “a gente de fuera”.

Pregunté cuánto era por la multa y me dicen que ¡¡169 pesos!!, ¡¿Qué queé!?, ¿cómo es posible?, el recibo sale a nombre del ayuntamiento como vil atraco gubernamental a la economía de los veracruzanos y de los turistas que vienen al puerto.

Y luego vemos por todas las ciudades cómo pululan los asaltantes oficiales llamados grueros que a la menor provocación se quieren llevar tu vehículo y te cobran lo que quieren “por arrastre” y “hospedaje” en sus depósitos autorizados por sus cómplices en el poder.

Y aparte de casetas, no le detallo sobre los cobros excesivos en los municipios por cualquier trámite para construcciones o escrituras.

Y otra cosa, si todos actuáramos como la gente de la sierra sureña de Soteapan con el asunto de la presa Yuribia, viviríamos en el caos.

Lo bueno, sí, lo repito, lo bueno es que el pueblo ya llegó al poder, de lo contrario quién sabe cómo nos iba a ir, sobre todo a los veracruzanos. Saludos y que haya paz y armonía en sus hogares. Feliz fin de semana.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com