EL GOBER EN TIERRA BLANCA.
Me lo cuenta Noé, el fotógrafo corresponsal de Crónica de Tierra Blanca y XHJF Radio Max, que ahí anduvo esa noche tenebrosa. Sucede que a la media noche del viernes, cuando el gallo cantó, llegó intempestivamente el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, acompañado del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio, quien ahí, ante el asombro de los paisanos, declaró que era nacido de ese pueblo, que no tiene mar pero tiene chingo de calor, y que a Otatitlán lo ama, y el secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado. Hacia un par de días habían tronado los cañonazos y el staff de Seguridad, con la Marina y el Ejército y Fuerzas Federales, atendían la preocupación del pueblo, para dar confianza y que la gente transcurriera su vida en la normalidad. Dijo Cuitláhuac que ‘no va a permitir que se viole la seguridad de los veracruzanos’. Y que harían un frente común en todo Veracruz para repeler a la delincuencia organizada. Luego, como hacia hambre, encontraron a un vendedor callejero de hot dogs y para luego es tarde, que se embuchacan unos, invitando a los medios ahí presentes. Esa zona de Tierra Blanca, mi pueblo, está que arde, y ahora no de calor, de fuego, pues seguido suenan los cañonazos, como canción de los Hermanos Vázquez.
NETFLIX/LA DESAPARICION DE MADELEINE
Tiene Netflix una particularidad, a sus suscriptores vía teléfono envía las novedades de estreno. Antier recibí una sobre aquel caso famoso de la niña, Madeleine McCann, desaparecida en 2007 mientras sus padres vacacionaban en Portugal. Fue un caso que tuvo la más grande reacción de un secuestro de alguna niña, o niño. Mientras en el mundo hay más de mil secuestros diarios, este caso llamó la atención del mundo, hasta el día de hoy que no la encuentran. Es una miniserie que se ve rapidito, tipo documental, con actores que participaron aquellos años en las entrevistas y las acusaciones, con más prensa del mundo que nunca, caso que llegó a los Parlamentos del mundo y a la misma ONU, donde pedían rescatarla, si había sido secuestrada. Aún no la encuentran., porque el mismo Netflix, que tiene millones de suscriptores en el mundo, fija al inicio de cada capítulo, de 8 que son pues es una miniserie, un mensaje donde si saben algo de ella avisen a la policía británica o a la portuguesa. Buen documental, ojalá ahora con tantos millones en las redes sociales, la logren encontrar o saber qué fue de ella. Véanla. Netflix es como Liverpool, ya es parte de mi vida. Y como andan sonando los cañonazos por fuera, hay que resguardarse en casita, mejor.
LA DE COLOSIO
El mismo Netflix estrena Colosio: Historia de un crimen. En la afamada revista Proceso de este fin de semana, dan un adelanto de aquel proditorio crimen que cambió a una nación, la aniquilación, al estilo Kennedy, de una conjura para bajar al candidato del PRI a la presidencia, en ese 23 de marzo, presente lo tengo yo, pero de 1994, en un villorrio de Tijuana, llamado Lomas Taurinas, llamado así en memoria de los toreros, cuyas calles fijan sus nombres, y que quien esto escribe visitó uno o dos años después, cuando ya estaba la estatua de Luis Donaldo Colosio, historia que les cuento el mismo día 23. No se emocionen, los mismos productores cuentan que abordarán solo los temas del crimen, y no abrirán ninguna conjura, porque hay un asesino confeso y encarcelado. Apegados a la viuda, Diana Laura, la mujer que le reclamó al presidente Carlos Salinas, cuando venía con el cuerpo del candidato en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana. Diana Laura le dijo: “Así no era, Carlos”. Y el presidente tragó gordo y apretó aquellito. Hay que verla, se estrena el 22 de marzo en Netflix, que ya es parte de mi vida, y ayer mismo terminé la miniserie de 8 capítulos, del doloroso caso de la niña Madeleine McCann, secuestrada y aún no encontrada, y ojalá el Netflix, que tiene más de cien millones de suscriptores en el mundo, encuentren una pista.
LA PELIGROSA CUMBRE DE ESPERANZA.
En estos tiempos invernales, cuando los fríos llegan y la neblina se topa con los cerros por donde se trazó la autopista Orizaba-Esperanza, uno tiene que andar con muchísimo cuidado. He escrito hasta el cansancio, y me rendí cuando se fue el ‘esteta de la corrupción’ (Proceso dixit), Gerardo Ruiz Esparza, un hombre que le hizo daño al presidente y a México, también conocido como el secretario del socavón, que en esta zona la neblina origina accidentes mortales y tiene remedio, poner unas luces al piso, reflejantes que no serían de gran costo, para lo que cobran, con cuotas como de Suiza y servicios de Uganda. Ruiz Esparza ya se fue, como el jibarito: loco de contento con su cargamento para la ciudad, pero ahora le queda el puesto al secretario Javier Jiménez Espriú (31 de julio de 1937, edad 81 años, Ciudad de México), quien ojalá y se dé una vuelta en tiempo de neblina, ya casi cayendo la tarde o muy de madrugada, para que vea que no se ve más allá de las narices y los alcances son de muerte. Ahora mismo lo escribo porque leo en los diarios locales que un tráiler dio alcance a varios autos y hubo un muerto. La 4T ya no tiene helicópteros, el presidente viaja en automóviles y en aviones comerciales. El director nuevo de Capufe, un tal Genaro Enrique Utrilla, un tabasqueño paisano de AMLO, muy diferente al otro inútil de Benito Neme Sastré, dos veces compadre de Peña Nieto, que era como el Orfis, no servía para nada, Genaro Enrique, si tuviera un poquito de tiempo, debía venir y corregir esto. Y las cámaras locales de Córdoba y Orizaba y Fortín, reclamar al menos para que se haga algo, no solo estar contando muertos.
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