EL PRESIDENTE de México, Andrés Manuel López Obrador, insiste en una de sus propuestas más importantes de los últimos tiempos para cualquier gobierno que tenga el país, es decir, rescatar como prioridad el gran patrimonio de los mexicanos, que es precisamente la paraestatal Pemex, pues de ella dependen, como ya hemos apuntado en otras ocasiones, que el país pueda tener mayores posibilidades de crecer, luego de que son, precisamente los ingresos petroleros, los que han venido, prácticamente, sosteniendo la economía nacional.
Sin embargo, rescatar a Pemex, es un proyecto que tiene de por medio muchos obstáculos, porque también, al mismo tiempo, el Presidente tendría que echar mano de todas sus estrategias para recomponer este sistema, luego de que en este mismo objetivo, tendría que entrar el que se relaciona con el aspecto sindical, donde existe, también, una gran corrupción que el mandatario nacional, tiene que terminar, no precisamente, porque tenga que intervenir en la vida interna del Sindicato, sino porque a través de esta organización, es como se han ido miles de millones de dólares que a la fecha no se sabe, a ciencia cierta, donde han ido a parar.
Ayer, apenas, en otra entrega de esta columna, decíamos que Petróleos Mexicanos, estaba cumpliendo años, porque han transcurrido ochenta y un años de que el Ex presidente Lázaro Cárdenas, había declarado la expropiación del petróleo, así como todos sus activos, que para ese momento, gran parte de ellos se encontraba en manos extranjeras, principalmente, con empresarios de los Estados Unidos.
A Cárdenas, se le debe esta acción, pero al Presidente López Obrador, se le deberá, si es que decide hacerlo, como se supone que ya lo esta pensando desde el momento mismo en que tomó las riendas de este país, rescatar toda esta infraestructura, con todos sus compromisos inherentes y con todos los beneficios que, finalmente, tiene que aportar para mantener el equilibrio económico del país.
Y es que no se trata de cualquier cosa, sino de un gran emporio que significa para la nación, una riqueza que todavía tiene, pues mucho se ha explotado este bien de los mexicanos, que se duda, salvo pruebas en contrario, de que todavía existan grandes yacimientos que puedan respaldar las grandes acciones de la presente administración para impulsarlo definitivamente y ser, en el futuro, una verdadera fuente de riqueza, como se supone que tiene que ser.
Han pasado ochenta y un años y el país, prácticamente, ha recibido poco de lo que le corresponde de esta riqueza nacional, porque la paraestatal, ha servido para enriquecer a muchos, que son unos cuantos, pero que la gran mayoría de este pueblo mexicano, no ha recibido, porque a través de estos estos años, solamente se le ha engañado, creyendo que, efectivamente, con el producto petrolero, se han hecho grandes cosas, cuando en realidad no es así, porque si bien el país ha crecido desde aquella fecha de la expropiación petrolera, ha sido también, porque la mayoría de mexicanos aportan a través de los impuestos una gran cantidad de recursos que han servido para cumplir algunos, solamente algunos, de todos los compromisos que se tienen con el pueblo mexicano.
Así es que si López Obrador, intenta rescatar a Pemex, tiene que ser con grandes decisiones que lleguen, incluso, a tocar grandes intereses, pues ante todo se tiene que anteponer el interés general de la nación, a los propios intereses personales o de grupo que han generado un caos, a través de la historia de Petróleos Mexicanos, robándose todos los beneficios que la naturaleza ha generado para México, y los mexicanos en general.
López Obrador, tiene que pasar a la historia, así como ahora se considera que se encuentran los grandes actores de la expropiación petrolera, para darle sentido a un gobierno que apenas inicia, pero que tiene que cumplir con grandes compromisos, entre ellos, que de verdad se rescate el patrimonio de los mexicanos que se encuentra en Pemex y que es, como mucho se dice retóricamente, que pertenece al pueblo.
Es por estas razones que en estos espacios nos hemos estado refiriendo a Petróleos Mexicanos, primero, en nuestra anterior entrega, como un reconocimiento a los hombres que se dedicaron en cuerpo y alma para fortalecer a Pemex, y ahora, con la decisión presidencial de rescatarlo, a considerar que es el momento viable para hacerlo, porque ya es tiempo de que México, tenga que hacer uso de todos estos beneficios, traducidos en recursos económicos que sirvan para construir el verdadero país que los mexicanos necesitan y que merecen.
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XALAPA YA REQUIERE de una buena limpia y de algunas obras que le sirvan para mantenerse vigentes, como es el caso de la reconstrucción de la avenida Lázaro Cárdenas, ahora que la expropiación petrolera ha cumplido años y como un regalo a la historia de nuestro país y precisamente al nombre impuesto a esta importante obra, así como a los propios xalapeños que tienen que usar a cada momento esta vía.
Ya en estos momentos la avenida en cuestión, tiene muchas fracturas que si no se atienden urgentemente pueden ser, en el inmediato futuro, causas de algunos accidentes.
Tiene años, quizá desde su construcción que no se ha dado mantenimiento a esta avenida, por lo que urge que las autoridades municipales, pongan atención en ella y ordenen que se le de su manita de gato, como popularmente se dice para que no se tenga que rescatar esta vialidad lo más pronto posible, toda vez que tiene constantemente que soportar el tráfico de todos los niveles y de manera diaria, independientemente, que por muchas razones que en este momento ya no vale la pena tocar, su construcción se hizo bajo especificaciones no recomendadas, ya que el grosor del concreto no fue el ideal para el servicio que tenía que prestar.
Por eso, resulta ser necesario que en estos momentos ya no se distraigan los presupuestos y se contemplen los recursos para que se pueda rehabilitar esta avenida, que insistimos, da servicio permanente y constante, por lo que su deterioro es considerado normal para estos tiempos y los años que lleva sirviendo a los xalapeños y a todos los que requieren pasar hacia Veracruz, o simplemente hacia todo el territorio sur del país.
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LOS ESTIMULOS FISCALES a las gasolinas y todos los productos que se generan con el petróleo, no han disminuido y solamente hay algunos beneficios para los consumidores en materia de competencia entre las empresas que se encargan de distribuirlo, tal y como sucede con las gasolinas que hay precios diferentes entre ellas, ya sea en la ciudad o en los establecimientos de las carreteras, donde la diferencia en el precio llega a ser hasta de un peso, lo que hace que no se entienda esta política energética.
Es cierto que las empresas, en su libre competencia generan posibilidades de que se establezcan precios distintos, pero no es una sola zona donde los dueños de las distribuidoras de los combustibles al consumidor, pertenecen a una misma persona o grupo empresarial, como suele suceder aquí mismo en la capital del Estado, lo que no permite que esa competencia sirva para beneficiar a los habitantes que tienen que hacer uso de este energético, porque llega a ser, solamente, de unos cuantos centavos.
En cambio, fuera de la ciudad, existen otras empresas que no pertenecen al grupo acaparador de la distribución de combustibles y pueden, en ese caso, establecer otros precios, que como ya hemos comentado, sirven para beneficiar a los consumidores, como parte, también, de la libre competencia que se generó hace años y que tuvo como intento ceder esta oportunidad de que los consumidores se beneficiaran con estas políticas competitivas.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.