Ya me pusieron a pensar si conviene o no que escriba lo que a continuación voy a escribir, pero bueno, me atengo a las consecuencias.

El Concierto de Aranjuez cumple 80 años. Así es, fue hace 90 años cuando el músico valenciano Joaquín Rodrigo Vidre (Sagunto, Valencia, 22 de noviembre de 1901-Madrid, 6 de julio de 1999), compuso esta vibrante pieza musical que fue estrenada en 1940. ¿Cómo describir a una obra de esta naturaleza?, no sé, pero para el que escribe es la esencia de los sentimientos y de la sensibilidad más humana. Es música que me cimbra desde mis cimientos, me conmueve, me mueve y me remueve en lo más hondo, me llena de alegría también, me transporta, me hace viajar, imaginar el Levante español, la Alhambra o el Palacio de las Tullerías. Resumiendo, me conmueve de veras.

Y lo que son las cosas, la primera vez que escuché el Concierto de Aranjuez fue en la televisión, en los años 60. Era un programa, me parece que pasaba los domingos y que patrocinaba Compañía Hermanos Vázquez. Evidentemente el fondo musical era de un fragmento de la obra de Rodrigo, del Adagio (pensamiento), su parte culminante después de un trill (trino) de la guitarra incesante, lento, leve, que va in crescendo, rasgado con violencia que nos remite al sonido del agua corriendo por las fuentes, preludio que nos tensiona hasta la irrupción culminante de un cúmulo de sonidos de maderas y vientos, de violines, flautas, cornos y oboes que resuenan a todo lo que dan sublibemente… La emoción me traiciona como a Agustín Lara cuando se acuerda de “aquellas noches” cuando canta a María Félix ‘María bonita’. Perdón.

Grandiosas composiciones como la que comento y el Preludio de la Suite número 1 de Bach las escuché por primera vez en mi vida en la televisión, me impactaron y me despertaron la curiosidad para saber más, para conocer más de esa hermosa música (igual que ‘Jinetes en el cielo’ en otro género, también fondo de los Hermanos Vázquez) e irremediablemente me llevaron a buscar en los libros más acerca de ellas.

Aranjuez es una de las partituras musicales españolas más interpretadas en el mundo. Le reporta muchos derechos de autor a los sucesores de Rodrigo. Se estrenó en Barcelona en el Palau de la Músic, un 9 de noviembre de 1940, apenitas después del final de la guerra civil, seguramente en una Barcelona en ruinas, ensangrentada, con las venas y las entrañas abiertas por los bombardeos de las fuerzas nacionalistas de Franco. Es una obra que opaca cualquier otra pieza musical del compositor valenciano, y en el tiempo le hacía falta componer otra música porque con esta le bastó para ganarse el cielo y la inmortalidad.

Además de la versión de guitarra y orquesta, el compositor también realizó una versión para arpa y orquesta. A continuación reproduzco unas notas sobre la obra aparecidas en el periódico El Mundo (11/07/2015), vean qué historia:

Instalado en París desde 1927, donde estudió con Paul Dukas -y conoció a la pianista turca Victoria Kamhi, con la que se casó en 1933-, Rodrigo emprendió en plena Guerra Civil un viaje a España. «En septiembre de 1938, pasaba yo por San Sebastián camino de Francia. (…) El marqués de Bolarque nos reunió a comer a Regino Sainz de la Maza y a mí. Se comió bien, y no se bebió mal; el momento era propicio a las fantasías y audacias», evocaba. De pronto, Regino (…) me dijo: -Hombre, has de volver con un concierto para guitarra y orquesta…

Apuré dos vasos seguidos del mejor Rioja, y exclamé con el tono más convencido del mundo:- ¡Hombre, eso está hecho! Rodrigo compuso el Concierto en su estudio del número 159 de la Rue Saint Jacques, en el Barrio Latino de París. Mientras la Guerra Civil española se aproximaba a su fin (…)

Después de algunas valoraciones sobre la obra, Rodrigo terminó de escribirla finalmente el 3 de septiembre de 1939, dos días después del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Joaquín y Teresa su esposa entraron en España por la frontera francesa, trayendo consigo el manuscrito del Concierto de Aranjuez en braille. El compositor era prácticamente ciego desde los tres años, usaba un sistema particular para la transcripción de sus partituras. Primero escribía la notación musical en braille, que luego se pasaba a un pentagrama con la ayuda de un copista. Más tarde realizaba las correcciones junto a Teresa y, finalmente, presentaba la partitura definitiva. ¡Qué bárbaro, uf!

Recomiendo escuchar una y mil veces el Concierto, desde con Paco de Lucía hasta con un guitarrista español excelso como es Pablo Sáinz Villegas, pasando por el chelista croata Hauser o el guitarrista albano kosoves Petrit Çeku.

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