Dos accidentes que se registraron hace apenas unos días en el estado de Veracruz, obligan a insistir en regular el tránsito de unidades pesadas, específicamente de las llamadas doble remolque, a fin de poder salvar vidas. El primero se suscitó en el tramo carretero Cardel-Veracruz. Una carambola de casi una veintena de vehículos, camiones y un tráiler doble remolque, provocó que seis personas perdieron la vida, entre ellos dos niños. El segundo fue en una de las avenidas más transitadas de la capital veracruzana, a las 11 de la mañana, cuando un tráiler sin frenos embistió a dos vehículos.
Desde que fui Senador de la República presenté una iniciativa para regular la circulación de unidades bi articuladas por las carreteras de todo el país debido a la cantidad de accidentes y muertes que anualmente provocan. Han pasado 7 años desde entonces y, aunque es un tema cuya discusión se ha postergado. El pasado 23 de enero, en mi trayecto a CDMX, proveniente de Xalapa, grabé y subí a mis redes sociales un video en el que muestro un doble remolque de PEMEX a gran velocidad. En el mismo trayecto observé otros vehículos de las mismas dimensiones, a la misma velocidad y también de PEMEX. Hoy, como diputado federal, retomo el tema, sumándome así a las voces que hacemos este justo reclamo por la seguridad de quienes a diario tienen que transitar por las vías de comunicación, entre los que me incluyo.
Si bien es cierto que lo que provocó el fatídico accidente de Cardel fue la falta de visibilidad provocada por la quema de cañales, es igualmente cierto que las terribles consecuencias del accidente se debieron a que un tráiler doble remolque impactó por detrás a un autobús de pasajeros, provocando que la camioneta donde fallecieron el niño de ocho años y su hermanita de dos, se incrustara sobre éste. Si bien el accidente era inevitable, la participación del doble remolque fue el que potenció sus terribles consecuencias.
Son cientos de personas en el país las que han perdido la vida bajo las llantas de uno de estos camiones: 80 toneladas contra un vehículo ligero, más la velocidad, es la fórmula infalible para una tragedia.
Pese a esto, México es aún parte de una cantidad reducida de países en los cuales todavía se permite la circulación de las unidades doble remolque, sin considerar que su estructura y una carga mal distribuida los convierte en un peligro latente sobre ruedas. En Australia, por ejemplo, estas unidades no pueden medir más de 23 metros y sobrepasar las 68 toneladas. En otros países, de primer mundo, los conductores de los camiones doble remolque cuentan con incentivos y horarios regulados que no les permitan caer en excesos, situación que es completamente distinta a lo que sucede en nuestro país, donde en un día un chofer va de Yucatán hasta la Ciudad de México, si bien le va. En el caso del accidente de Xalapa, fue a las 11 de la mañana, cuando la ciudad está viva, y las calles llenas de automóviles. Milagrosamente los conductores de los dos vehículos se salvaron de morir aplastados por el tráiler.
Por eso no basta con redoblar la vigilancia en las carreteras federales y de cuota, se necesita también revisar de nueva cuenta la norma que rige las medidas y pesos de las unidades de carga. No podemos seguir siendo omisos ante esta problemática. Como diputado federal trabajaré en hacerlo posible para proteger la vida de millones de conductores, incluidas las de los conductores de estos camiones. Es un compromiso.
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