Agustín Basilio de la Vega.

A raíz de la carta que el presidente López Obrador envió al rey de España y al Papa solicitando disculpas por los abusos durante la conquista de México ha resurgido la discusión sobre  la “Leyenda Negra” surgida por escritores anglosajones, holandeses y de otras nacionalidades en el siglo XVI con el objetivo de reducir la influencia y prestigio del Imperio Español durante el Siglo de Oro.

Uno de los principales países beneficiados de esta campaña propagandística en contra de la hispanidad fueron los Estados Unidos quienes durante el siglo XIX se apropiaron de importantes territorios arrebatados a México (más de la mitad de su territorio en 1948) y a España (La Florida en 1845 y Filipinas, Puerto Rico y Guam en 1998).

Las principales diferencia entre la colonización española y la inglesa fue la propagación de la cultura europea entre los pueblos americanos, el mestizaje y el respeto a los derechos humanos:

El Imperio Católico expandió su territorio mediante la guerra, la invitación a diversos pueblos a hacerse súbditos del Rey de España o con la ocupación pacífica de territorios prácticamente despoblados en árido américa.

A la par del ensanchamiento del territorio de la Nueva España se propagó el castellano y el evangelio de Jesús gracias a la iglesia católica y sus frailes mendicantes por lo que se bautizó prácticamente a toda la población de los diferentes pueblos originarios.

El establecimiento de misiones, hospitales, orfanatos, parroquias y hasta de la  Real y Pontificia Universidad de México en 1551 por orden del emperador Carlos V  fue con el tiempo dando pie a la expansión de la cultura occidental y al mestizaje en estas tierras que tanto exaltó don José Vasconcelos. La numerosa población de Mesoamérica fue mezclándose con los europeos y los africanos venidos de ultramar.

Desde 22 de abril de 1639, la Bula promulgada por el Papa Urbano VIII, prohibió la esclavitud en las colonias de España y Portugal en América y el Rey de España Felipe IV  la aprobó respecto de  los indígenas. En 1910 Don Miguel Hidalgo (sacerdote católico) hizo extensiva la libertad también a los africanos.

El colonialismo inglés y luego estadounidense por el contrario no convidaron su fe ni cultura a los habitantes de Norteamérica de la misma manera, tampoco consintieron el mestizaje y llegaron al extremo de recluir a mediados del siglo XIX a las ultimas tribus sobrevivientes en las llamadas “reservas” Indias.

La cultura predominantemente protestante de las 13 colonias y su heredero Estados Unidos fue esclavista y sólo hasta 1865, al final de la guerra civil, se abolió aunque la segregación racial persistió durante más de 100 años hasta 1965 cuando se expidió la Ley de Derecho al Voto.

Hoy en día, nuestro vecino del norte tiene un presidente racista pese a que la mayoría de los norteamericanos son cosmopolitas al igual que los mexicanos. Mientras que en los Estados unidos la principal población es blanca y la segunda afroamericana, en México la mayoría somos mestizos, al igual que la población latina que vive del otro lado del río Bravo.

En lugar de andar exigiendo disculpas al Rey o al Papa ¿no sería mejor exigirle a Trump respeto de los derechos humanos de los mexicanos y latinoamericanos que buscan el sueño americano? la imagen del primer mandatario de México y el liderazgo internacional de nuestro país en el mundo se ha visto mermado con este dislate. No se podrá borrar la gran herencia española en México ni en Estados Unidos, por algo fue denominada la Nueva España esta parte del continente americano.

@basililiodelavega                8 de abril 2019