“Las desgracias que podemos soportar

vienen del exterior: son accidentes.

Pero sufrir por nuestras propias faltas…

¡Ah!, ahí está el tormento de la vida”.

(Oscar Wilde).

Hace un tiempecito o tiempezote, se emprendió una campaña publicitaria para evitar accidentes laborales, carreteros y lo que se le pareciere: “Los accidentes no nacen… se hacen”. Lo que me recordó a Mark Twain cuando dijo que accidente es el nombre del más grande de todos los inventores. O lo que es lo mismo: “Ha habido dos grandes accidentes en mi vida. Uno de ellos fue el de coche, y el otro fue Diego. Diego fue de lejos el peor”, expresara Frida Kahlo.

Respecto a los accidentes automovilísticos, encuentro en las redes sociales frases ingeniosas: “Nunca sabes qué puede venir del otro lado de la esquina”; “La vida es pasajera, no la pierdas en la carretera”; “Cuida tu vida y la de los demás, frena los accidentes de tránsito”; “La velocidad puede frenarte la vida”; “Fíjate o mueres”; “No importa que llegues rápido, sino completo…”

Para no referirme a la violencia que crece agresivamente en cada rincón, les comento que he sufrido dos o tres accidentes automovilísticos afortunadamente leves; sin embargo, el susto que aún me cargo nadie me lo quita, ahora viajo a 20 uñas –no soy político, funcionario ni demás, con sus excepciones, claro-, y no hay segundo en que no piense en los que sí han padecido catástrofes carreteros e incluso la muerte de seres queridos, muchos no viven pa’ contarlo, ni siquiera para leerme…

Aunque ya lo dijo Albert Einstein: “El miedo a la muerte es el más injustificado de todos los miedos, porque no hay riesgo de accidente para alguien que está muerto”. Creo que se entiende, no sin el sentido irónico.

Viene a estas páginas tanto rollo porque hace unos días, el diputado Raymundo Andrade Rivera, del Distrito XII-Coatepec, presentó ante el pleno legislativo un anteproyecto de punto de acuerdo que propone exhortar al titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Gobierno estatal, para que, con prontitud y eficacia, programe y ejecute acciones a fin de evitar más accidentes en la carretera Xalapa-Coatepec.

No es un asunto menor, puesto que sabemos lo que casi a diario sucede en esta vía carretera. Por no tener desperdicio, cito textualmente lo que expresó el legislador local en tribuna: “Con mucha frecuencia, en medios de comunicación y redes sociales se nos informa de los múltiples accidentes que se suscitan en la carretera Xalapa-Coatepec, obra inaugurada el 25 de febrero de 2018, y que, una vez puesta en marcha, evidenció una serie de deficiencias en su reconstrucción.

“Cabe recordar que durante el acto inaugural, el Gobernador en ese entonces, refirió que dichos trabajos tuvieron una inversión para toda la vida “una inversión que no requerirá en 30 o 40 años reparaciones”, aunque hoy, a poco más de un año, la realidad nos muestra lo contrario.

“Quienes cotidianamente utilizamos esa vialidad, por la cual diariamente pasan 35 mil vehículos y que conecta a Coatepec con Xalapa, así como con Xico, Teocelo, Jalcomulco, Cosautlán de Carvajal, entre otras, lo hacemos temerosos de sufrir algún accidente, probabilidad que se incrementa en temporadas de lluvias puesto que se forman severos encharcamientos, como los que se originan en la zona de curvas donde se advierte que no se construyeron los drenajes pluviales requeridos.

“Cierto es que los accidentes no solamente son generados por las características técnicas con las que se ejecutó la obra, debido a que también la imprudencia y desacato de las normas de seguridad vial, por parte de algunos conductores, propician colisiones que concluyen en lesiones, lo más preocupante, así como cuantiosos daños materiales. El riesgo aumenta cuando los turistas visitan los diferentes atractivos que se ofrecen en la región, quienes al no identificar las condiciones de manejo exigidas para la carretera, están más propensos a sufrir algún percance.

“A decir de automovilistas, especialmente conductores de taxis y autobuses, que transitan diariamente por la carretera, su reconstrucción permitió acortar tiempos de traslados, máxime de que era una vía que por décadas permaneció descuidada, tan así que muchos tramos estaban intransitables a causa de baches, falta de señalética y de iluminación, pero actualmente, lejos de ser una ruta segura, se ha convertido en una especie de “trampa mortal” por algunas deficiencias, que, en consecuencia, se estima deben corregirse con prontitud para evitar tragedias fatales.”

Dios y el demonio quieran que no; más ahora que está la feria-pachanga en Coatepec. Es sabido la importancia turística que representa esta zona y los miles de turistas, viajeros, viajantes, viejeros… Perdón, ustedes me entienden. Ojalá aprueben pronto dicho acuerdo para ir mejorando y salvando vidas. Claro, todos estamos comprometidos y hasta las cachas de responsabilidad.

Claro, las carreteras están de la chingada, y si a eso le aunamos nuestras chingaderas… Ya pa’ que hablamos de tantos males: ahí viene el lobo…

Los días y los temas

Y la educación va… ¿hacia a dónde? Por aquello de quien no pregunta, no llega a viejo. O aquel que pregunta es un tonto por cinco minutos, pero el que no pregunta permanece tonto por siempre. O no preguntes nada, y así no te dirán mentiras. ¿O no?

De cinismo y anexas

“Mi gusto es… quién me lo quitará…”, les comparto lo siguiente:

*Por un accidente de la fortuna un hombre puede gobernar el mundo por un tiempo, pero en virtud del amor puede gobernar al mundo para siempre. (Lao Tzu).

*En el universo mágico no hay accidentes y no hay coincidencias. No pasa nada a menos que alguien quiera que suceda. (William S. Burroughs).

*La productividad no es nunca un accidente. Siempre es el resultado de un compromiso con la excelencia, la planificación inteligente y el esfuerzo concertado. (Paul J. Meyer).

*En política nada sucede por accidente. Si esto sucede, puede usted apostar que fue planeado de esa manera. (Franklin D. Roosevelt).