DESPUES de la respuesta que a través de una misiva le hizo llegar el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a su similar de los Estados Unidos, donde le hace saber que no tiene miedo a las amenazas de la aplicación de aranceles comerciales, como medida de presión para que su gobierno sea más duro con su política migratoria, el país entró, de alguna manera, en una especie de pausa política al saberse que el mandatario nacional enfrentaba, con valor, un importante reto, defendiendo casi por primera vez y de manera contundente, a los mexicanos en general.

 

Esta carta, ya histórica, de alguna manera, como que le dio fuerza al gobierno del Presidente López Obrador, y al mismo tiempo, fortaleció las siglas políticas que se encuentran en el poder, de tal manera, que hasta parece que ésta fue una estrategia utilizada, con toda intención, para devolverle al mismo Presidente, así como a su partido, la confianza perdida en estos primeros seis meses del gobierno sexenal.

 

Debe añadirse, desde luego, que estos desencuentros entre el gobierno mexicano y estadounidense, tuvieron lugar en los momentos previos de un proceso electoral parcial, debido a que solamente en algunos Estados de la República, se dieron estos comicios y que desde hace muchos meses atrás se vino comentando que serían una especie de medida al agua de los tamales, porque se evidenciaría las condiciones políticas en que se mueve este país y lo que se esperaría para futuros procesos electorales de mayor envergadura política.

 

Hay que recordar que las decisiones presidenciales, en los recientes meses de gobierno, no han sido bien aceptadas por una parte de los mexicanos, pero se mantenía la posición de darle al gobierno federal el beneficio de la duda y por eso la desconfianza en AMLO, no había sido tan importante, aunque sí muy delicada para los pocos días que lleva la presente administración. López Obrador, como estratega que es, lo sabía perfectamente bien y por eso se piensa que su pésima relación con el Presidente Trump, tenía mucho que le beneficiaba y poco que le pudiera afectar, pues es bien sabido también, que a los gobernantes no les interesa lo que pase a los mexicanos, mientras se salve su reputación y queden a salvo sus propios intereses.

 

Con menos respaldo popular, seguramente que el Presidente López Obrador, hubiera reaccionado de forma distinta y caer, de alguna manera, en el yugo imperialista. Sin embargo, para los mexicanos en general, esta respuesta fue de acuerdo a la altura del gobernante mexicano, haciendo respetar, por primera vez, tanto su propia investidura, como al pueblo mismo de este país.

 

¿Qué viene, después de estas elecciones?

 

La pregunta anterior se hace en virtud de que los analistas, así como gran parte de las opiniones generales, aseguran que el gobierno tendrá que rectificar muchos caminos a seguir, porque deberá tener en cuenta que gobernar no es cualquier cosa y que se debe responder con seriedad y eficacia a la demanda del pueblo mexicano, y hasta con respuestas efectivas también, a gobiernos extranjeros que quisieran someter a México, aprovechando las debilidades que tiene.

 

 

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AUNQUE NO LO PAREZCA, el Gobernador del Estado, sí sufre y se acongoja por los problemas que padece su gobierno.

 

Ante la insistencia de renovar su equipo de trabajo, se han corrido muchas versiones en el sentido de que ahora sí ya está dispuesto el mandatario estatal a reconocer que muchos de sus colaboradores en lugar de ayudarlo lo han metido en grandes dificultades, de tal manera, que ya debió pedir la autorización del mandamás nacional, para limpiar la casa y proceder al cumplimiento de algunas promesas que se encuentran pendientes, después de las elecciones pasadas que le dieron el triunfo y el poder para poder mandar en Veracruz.

 

Y a pesar de las presiones de que ha sido objeto, El Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se ha venido resistiendo a tomar esta decisión o tal vez por la falta de autorización de quien es su jefe superior.

 

La presencia presidencial en Veracruz, inusitada, en los recientes tiempos, debió servir de algo y comentar con quien manda a nivel nacional, la necesidad urgente de tomar decisiones importantes en Veracruz, para enderezar el camino que ha tenido en los recientes seis meses de gobierno.

 

Y es por eso, que la semana pasada se dieron varios comentarios en el sentido de que ya el Gobernador, estaría por llevar a cabo los cambios que hacen falta en su gobierno, aunque nada es seguro, pero que es ya un gran adelanto para lo que quieren y demandan los veracruzanos.

 

De ser ciertos los rumores esparcidos, es posible que esta semana sea importante en este sentido, para concretarse los cambios presuntamente anunciados y comenzar en serio la nueva era de un gobierno que ha prometido el cambio verdadero. A ver qué pasa.

 

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Y MAÑANA, aquí nos estaremos encontrando, si otra cosa no sucede.

 

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