«¡Qué bueno que ahora sí bajará el gasto electoral! Nomás que antes de sacar la tijera de la austeridad, habría que echar mano del bisturí de la eficiencia, pues tratándose de la democracia es mucho lo que está en juego. No se puede cortar con la misma tijera la certeza de las elecciones, la confiabilidad del padrón y la fiscalización de las campañas; hay mucha diferencia entre ellas». Es lo que comentan en «Templo Mayor» de Reforma.