SIN FRONTERAS
Joaquín López-Dóriga Ostolaza
El miércoles pasado, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos publicó las cifras de empleo correspondientes a junio. El contenido de la publicación es importante porque el mercado esperaba que las cifras confirmaran la tendencia de desaceleración en la creación de empleo observada en mayo, dando mayores argumentos a la Reserva Federal (Fed) para reducir las tasas de interés.
En concreto, el reporte destaca por tres aspectos cruciales para la Fed. En primer lugar, la economía creo 224,000 empleos no agrícolas, cifra considerablemente por arriba del consenso de expectativas de analistas de mercado, que se ubicaba en 165,000, y sustancialmente superior a los 72,000 puestos creados en mayo. Con este dato, la creación promedio mensual de empleo en el primer semestre de este año alcanzó 172,000, lo cual aún representa una considerable desaceleración en comparación con el segundo semestre del 2018, cuando se registró un aumento mensual promedio de 233,000 plazas.
En segundo lugar, el número total de horas trabajadas por semana en junio creció apenas 1.5% con respecto a junio del 2018. Este crecimiento es el más bajo desde septiembre del 2017 y representa una desaceleración importante contra el crecimiento observado a principios de año de 2.5 por ciento. Asimismo, el número total de horas trabajadas durante el trimestre concluido en junio fue de apenas 0.6%, representando el crecimiento más débil desde el cuarto trimestre del 2009.
En tercer lugar, los salarios promedio por hora crecieron 0.2% con respecto a mayo y acumulan un incremento de 3.1% en los últimos 12 meses, cifra ligeramente por debajo de 3.2% esperado por el mercado.
Aunque el reporte laboral de junio sorprendió por su fortaleza en la nota de ocho columnas de número de empleos creados, el contenido entero del reporte pinta un panorama menos alentador.
La creación de empleo fue mejor de lo esperado y la salud en general del mercado laboral es relativamente buena. Sin embargo, las señales de desaceleración son claras y podrían profundizarse en la segunda mitad del año, ante el menor crecimiento de las manufacturas como consecuencia de la disminución en el comercio internacional y la marcada desaceleración en la actividad económica de otras grandes economías.
No obstante, el mercado interpretó que la sorpresa positiva en el número de plazas creadas ha restado fuerza a la posibilidad de que la Fed reduzca las tasas de interés de manera más agresiva en los próximos meses. De acuerdo con datos del CME FedWatch Tool —que mide la probabilidad implícita de recortes en la tasa de fondeo de acuerdo al comportamiento del mercado de futuros de tasas—, la probabilidad de un recorte en la reunión de la Fed de este mes se mantiene prácticamente en 100 por ciento. Sin embargo, la probabilidad de un recorte de medio punto se redujo de 30 a 5 por ciento.
Asimismo, el mercado ha comenzado a asignar una menor probabilidad al escenario base, en que la Fed recortaría la tasa en 0.75% en la segunda mitad del año. Ahora el mercado está asignando una probabilidad menor a 50% a este escenario base, mientras que el escenario de dos recortes de 0.25% se ha vuelto más probable.
En la opinión de este columnista, hay tres datos del reporte de empleo que refuerzan la interpretación de que el mercado laboral está presentando señales de debilidad: i) el crecimiento en los salarios se está desacelerando; ii) el número de horas trabajadas ha disminuido su tasa de crecimiento considerablemente, y iii) las horas extras trabajadas en el sector manufacturero están por debajo de las cifras del año anterior. Dado el balance de riesgos entre inflación y crecimiento, lo más probable es que la Fed recorte la tasa en un cuarto de punto este mes, y por lo menos en otro cuarto de punto en septiembre.
joaquinld@nulleleconomista.com.mx
Tomado de El Economista.