Buen día apreciado lector:

Qué tristeza, pero qué coraje.

Solo basta un repaso a las notas informativas de todos los días para darse cuenta que andamos viviendo en el puro chisme y el bla bla bla.

Revisamos los medios de comunicación y las “benditas redes”, y poco o nada edificante encontramos, solo críticas y acusaciones entre los protagonistas cotidianos de la vida pública.

¿Que no habrá alguien que le diga al gobernador (y que éste le haga caso) de lo que debe hablar y de lo que no?

Cómo recuerdo la época de Chirinos cuando los reporteros corríamos grabadora en mano a intentar entrevistarlo y de plano no abría la boca para nada o de la oficina de Prensa nos anticipaban: “El Señor Gobernador hoy no va a hacer ninguna declaración”, y lo entendíamos y había buen gobierno.

Incluso en ocasiones se emitía el comunicado oficial sobre determinado asunto y ya, no se escandalizaba desde el gobierno. Está claro que cada quien tiene su estilo pero que se declare por declarar de cualquier cosa y magnificarla y machacarla todos los días, no se vale.

Por qué no mejor se nos dice; hoy o ayer iniciamos gestiones para cancelar el cobro en las casetas tales, como lo ofrecimos en campaña; que los baños de las escuelas los limpian y dan mantenimiento a todo el edificio los propios alumnos y padres de familia; que estamos organizando faenas de ciudadanos para tener la ciudad resplandeciente y reuniones semanales de vecinos para ver por nuestra seguridad y para escuchar propuestas para la creación de fuentes de empleo, etc.

De eso, de cuestiones de verdadera importancia que ya se están haciendo, no que “se van a hacer”; de eso precisamente sí nos gustaría oír y leer en los medios; de lo otro, pura grilla y nada claro, más de lo mismo y paulatina decepción con la estruendosa Morena.

Ya vamos para siete meses, aún hay esperanza de que se hagan mejor las cosas.

A propósito, que alguien le diga al superdelegado Manuel Huerta, que se de una vueltecita por los baños de la clínica del Issste de San Bruno, donde nunca ponen papel sanitario. Si alegan que se lo roban siquiera pongan olotes, o “tersorium”, como utilizaban los romanos en los baños públicos. ¡Guácala!, diría el Peje.

Que haya paz y armonía en su hogar, no olvide sembrar árboles y plantas y cuidar el agua.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com