Viajar y regresar. Nada mejor. Camelot.
ENTRE LOS ANGELES Y SAN DIEGO
Escrito desde el asiento de las salidas de emergencia, el que le dan al presidente. Tienen un poco más de espacio y cuestan un poco mas /(300 pesos). Un día antes, tomamos la autopista 5. Vamos a casa de regreso, la muy transitada californiana de varios carriles, donde por el lado izquierdo hay una vía libre para que circulen dos o más pasajeros, súper rápida, si rompes esa regla la multa es 341 dólares. Ya quisiera la mugre autopista de Capufe tener estas cosas que aquí gozan. Y sí hay una pequeña de cobro, para entrar a Otay, pero el cobro es de 3.50 dólares, que eso es lo que debíamos pagar en las de México y Veracruz, unos 70 pesos por las porquerías por donde nosotros transitamos, no que los cobros son excesivos, ah pero eso sí, el viejito ochentañero secretario de SCT, Javier Jiménez Espriú, se la vive enviando tuiters al por mayor, como uno reciente que alabó a Benito Juárez y quien esto escribe rápido le respondió que, en lugar de alabar a Juárez, que no lo necesita, Juárez ya pasó a la historia y si Juárez no hubiera muerto, todavía viviría, diría el danzón, en lugar de alabarlo, le indiqué, debía venir a arreglar las demoras de más de una hora en las horribles y demoradas casetas de paga de Fortín y Cuitláhuac, voy en la autopista pegada al mar que en dos o tres horas nos pondrá en San Diego y dormir la última noche en estas tierras californianas y al otro día cruzar el nuevo puente Cross Border Xpress, por dónde venimos, la frontera entre Tijuana y San Diego, que evita entrar a Tijuana y tienes el acceso directo a ese aeropuerto, que los aeropuertos mexicanos desde que se concesionaron a la iniciativa privada, están rechinando de limpios y bonitos, como este de Tijuana y el Jara de Veracruz.
UNA HISTORIA QUE CONTAR
Un día antes, en un bar del hotel Embassy escuché la historia. Se llama Jaime, pero puede llamarse como cualquiera de los 20 millones de mexicanos que viven en tierras californianas. Entre trago y trago platicaba su historia. Ya no bebe, se rehabilitó y ahora es pastor, pero no como el de la luz del mundo, el tal Nasson al que tienen bien apañado. Cuenta que cuando tenía 17 años un tío suyo en Zacatecas lo maltrataba, le pegaba mucho. Con un primo un día, estando hasta el copete de los golpes, se vinieron a California, el primo tomaba y tomaba todo el camino. Llegaron con bien y en aquellos años de los 70s, los mexicanos podían venir a chambear sin problemas de migración, como lo hicieron un día dos orizabeños: Perro Uribe y Papicha Solar, solo que aquellos después de algunos años se regresaron, si no hoy vivieran con sus pensiones jugosas, retirados. Jaime comenzó a trabajar y enviar dinero a casa, a sus padres en Zacatecas. Cuenta que llegó de retorno después de unos años y se asombró lo qué habían hecho con ese dinero enviado, tres casas de mampostería, bellas, fuertes, dignas de su familia. Presumió esos días en el pueblo y seguía enviando dinero, hasta la fecha. Ya no regresaría nunca, cuenta que poco va, ya ni siquiera de vacaciones, pero le da gusto haber podido con su trabajo honesto en las hotelerías y dónde podía, servir a su familia y darles mejores condiciones de vida. Un zacatecano que hizo el sueño americano. Un #hombrestrabajando en estas tierras extranjeras.
TIJUANA AEROPUERTO
Hace fresco, anoche hacia frio, la bahía de San Diego manda una brisa fría. Por la mañana a las 7 cruzar hacia Otay-Tijuana, pasar ese bello paso exprés, un puente acondicionado por los dos países, México y Estados Unidos, y pasar aduana y entrar al vuelo de Volaris y poder llegar a Veracruz, pedacito de patria que sabe sufrir y cantar. Entender que, aunque Peña Nieto es visto como un corrupto, entre las cosas buenas que dejó en su administración muy criticada, fue la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones, que permite que uno pueda usar su teléfono y pagar la misma cuota de 400 pesos que se pagan en México, porque ya todo es llamadas locales y los WhatsApp funcionan en todos lados, gratis, como quiere el presidente AMLO llevarlos a todas las comunidades alejadas, no sospechando que eso costará un huevo y la mitad del otro. Antes uno iba a España y regresabas pagando 10 mil pesos de uso de teléfono. Eso ya no existe. Hoy es económico. Termino mis relatos de 10 días en dos países, México y Estados Unidos, incluido Hawai, que se lo anexaron los americanos, como un tiempo se anexaron nuestros estados, lo que les conté creo que fue cierto, aunque, como dijo Benedetti: “No creas todo eso que te he contado. Ya te dije que a veces el mundo es incontable”.
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