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EFE

Los asesinatos perpetrados por “La Familia” deCharles Manson en Hollywoodconmocionaron al mundo y acabaron con el movimiento hippie a finales de los años 60. Grotescos crímenes que se atribuyeron al delirio de las drogas hasta que una nueva investigación rechaza, 50 años después, la versión oficial.

¿Por qué la brutal matanza de Sharon Tate y del bebé que llevaba en su vientre, junto a otras cuatro personas, se investigó de forma asilada de otros crímenes? ¿Por qué la policía no actuó antes en muchas de las ocasiones en las que podría haberlo hecho? ¿Y si Manson fuera un protegido del FBI?

Todas estas preguntas se las hizo durante 20 años el periodista Tom O’Neill, quien recabó pistas e interrogantes para construir una versión alternativa que rebate la tesis oficial y que recoge en un libro del que comparte varias claves durante una entrevista con Efe.

“Tenía que escribir un artículo sobre el significado de la matanza de Manson en la casa de Roman Polanski y no quería hacerlo. No me interesaba nada. Hasta que varias cuestiones me llevaron a un trabajo de 20 años”, explica el periodista.

Manson mantuvo contactos con Louis West, un investigador de control mental a base de sustancias estupefacientes -eran los psicotrópicos años 60- financiado por la CIA. Foto: Especial

Su artículo escrito con desgana nunca llegó a publicarse, pero dos décadas después resumió la titánica tarea de contradecir a la mismísima CIA, al FBI y al Departamento de Policía de Los Ángeles en Chaos: Charles Manson, the CIA and the Secret History of the Sixties o Manson: La historia real, en su versión en español.

Las sombras de la versión oficial sobre las que O’Neill trata de arrojar luz van desde el fiscal Vincent Bugliosi hasta el papel de las autoridades y los enlaces de Manson con estrellas de Hollywood:

¿QUÉ OCULTÓ LA INVESTIGACIÓN OFICIAL DE BUGLIOSI?

Bugliosi, el fiscal de Los Ángeles, es el primer acusado en la teoría de O’Neill, quien duda de su honestidad a la hora de construir la versión oficial por la que se juzgó a Manson y a su grupo, “La Familia”.

“La primera vez que a entrevisté a Bugliosi pedí que me contara algo “off the record” -fuera de publicación- sobre el caso que nadie supiera. Me dijo algo impactante, pero de repente se alteró y quiso que borrara todo”, recuerda el escritor.

Con esta revelación el periodista comenzó a recabar informaciones que incomodaron al fiscal hasta el punto de que, según indica, recibió amenazas.

Hasta ahora, las bases fundamentales del mediático asesinato se recogieron en el libro Helter Skelter de Bugliosi, pero con varios enlaces que no determina, según el periodista.

Por ejemplo, Manson mantuvo contactos con Louis West, un investigador de control mental a base de sustancias estupefacientes -eran los psicotrópicos años 60- financiado por la CIA.

También tuvo amistad con Terry Melcher, un famoso productor musical, hijo de Doris Day, que prometió a Manson una grabación y que, según testigos, estuvo varias veces en el rancho donde vivía el grupo hippie e incluso residió un temporada en la casa de Polanski y Tate donde sucedió la masacre. Sin embargo, ni él ni su amigo común, Dennis Wilson, baterista de The Beach Boys, fueron interrogados.

¿POR QUÉ MANSON SEGUÍA EN LIBERTAD?

La segunda acusación de O’Neill apunta a la Policía de Los Ángeles y otras agencias por su supuesta omisión de responsabilidad al permitir que Manson violara la libertad condicional decenas de veces.

“Parece que Manson era más valioso libre que encarcelado -señala O’Neill-. Y eso hace preguntarme si trabajaba para alguien”.

Manson traficaba con drogas, realizaba experimentos, se acostaba con menores fugadas de sus familias y creó “La Familia” en un rancho tras salir de prisión por segunda vez

“A veces podían ser negligencias, pero son numerosas las que se dan”, considera el periodista.

¿ERA UN PROTEGIDO POR LAS AUTORIDADES?

“Yo presento el caso y expongo argumentos, no concluyo pero sugiero una verdad alternativa”, responde O’Neill.

Sin embargo añade: “Por aquel entonces había programas del FBI y de la CIA que buscaban infiltrarse en grupos hippies y del movimiento Black Panthers para espiar y relacionarlos con actos violentos.

Aunque la investigación del periodista parece querer llegar a alguna conclusión, él mismo admite que hay cabos sueltos que aún no están atados y que probablemente nunca lo estarán.

ENTONCES… ¿SE TRATÓ DE UN PLAN, UNA OPORTUNIDAD O UNA CIRCUNSTANCIA QUE MARCÓ EL FIN DE UNA ERA?

A pesar de su teoría alternativa, O’Neill no puede determinar una respuesta ni quiere entrar en una teoría de la conspiración.

“Eso es lo que he intentado saber durante 20 años”, ironiza.

Ahora, justo cuando se cumplen 50 años de un crimen que dejó perplejo al mundo, su libro recoge las incógnitas que han alimentado el morbo en torno al caso durante décadas.