Eran casi 400 aficionados del América los que formaron con sus cuerpos un larguísimo e improvisado pasillo como para recibir a un rey en el aeropuerto capitalino. De alguna manera, Memo Ochoa es eso para ellos. Ahí estaban listos para recibir al hombre que después de ocho años regresó al club azulcrema. La nota es de Edgar Contreras en «Reforma».