Cosmovisión

Por: Raúl López Gómez

 

Réquiem al periodista Antonio Velasco Hernández

Periodista de mil batallas, el profesor Antonio Velasco Hernández, realizó una larga carrera de reportero en el puerto de Veracruz, con amplia carrera profesional de amplio prestigio en los medios impresos locales por muchos años

Fue un excelente colega y compañero, al abrir su experiencia y conocimiento siempre a las nuevas generaciones de periodistas egresados de la Facultad de Comunicación de la UV, a los que con generosidad les compartió mucho de gran bagaje intelectual y de la praxis en el periodismo veracruzano.

Antonio Velasco, desarrolló muchos años cercana carrera formativa con el profesor Alfonso Valencia Ríos, su gran mentor, aunque al final se dieron pequeños desencuentros que no fueron obstáculo para que él siguiera una gran carrera profesional en el decano, después del fallecimiento de su amigo el profesor Valencia, al que acudió a despedir a su funeral a pesar de la alta tensión ante algún distanciamiento que se había registrado entre dos grandes amigos y colegas. Alumno y maestro, compañeros, pero ante todo amigos.

Su hermano Mariano Velasco Hernández, se hizo también en la brega periodística junto a su hermano Antonio y el profesor Valencia, a los tres se les vio siempre perseguir la nota periodística diariamente hasta los últimos rincones del Veracruz desconocido.

El formato de la redacción del profesor Antonio Velasco, apegado al estilo de narrar con precisión, hacer que los lectores pudieran ver con su lectura todos aquellos escenarios vistos recogidos y seleccionados en la nota informativa que escribía cotidianamente con magistralidad, fue el estilo a seguir por los periodistas hermanos Antonio y Mariano Velasco Hernández.

Ante todo, el profesor Antonio Velasco Hernández, fue un caballero, un adalid del periodismo formado en las infanterías de los reporteros que crecieron sólidos en la escuela de don Alfonso Valencia y nunca dejaron de escribir un solo día de su vida, ni con la enfermedad encima o con el problema cotidiano, que se dejaba a un lado para cumplir ante todo siempre a los ávidos lectores, que por décadas se acostumbrado a leer el rotativo con el olor a tinta desde la mesa en el desayuno o en el café, hasta en la hora de esparcimiento, cuando el periódico siempre venció a la radio, la televisión y a las propias redes sociales de internet.

 

El colega Pedro Cruz, egresado de la Facultad de Comunicación de la UV. Escribió con tristeza la fatal noticia de la partida del colega y maestro, en su cuenta de Facebook: Esta madrugada falleció el Maestro Antonio Velasco Hernández.

 

“Mi primer jefe de redacción en La Tarde la segunda edición de El Dictamen; más que un jefe, fue mi amigo, casi como un segundo padre, por los consejos que me dio y que nunca seguí o puse en práctica; todavía hasta hace unos dos años tomábamos el lechero cada sábado en el Café de la Parroquia, porque ya nos habían cerrado todas las cantinas: La prosperidad de Mérida, el Manolo, etc.”

 

El maestro Toño Velásco, fue una institución en el periodismo local, fue secretario o asistente de otro maestro, Alfonso Valencia Ríos; periodista nato, con un olfato especial para oler la nota… Descanse en Paz…

 

Cumplió con el periodismo y cumplió con la vida…gozó y disfrutó a su manera como todo buen periodista, porque le tocó la época de la abundancia. Nada más había cuatro o cinco reporteros en la ciudad.

 

“Ahora que está muerto, voy a escribir unas historias que me contó él, en la barra del bar.

Hasta pronto maestro. Fui su alumno favorito; lo sé, porque al cerrar la edición me decía:
—Vente, Perico, desayunábamos con whisky”.

 

Muchas han sido las expresiones de solidaridad desde diversos colegas del gremio, que desde temprana hora daban este día con dolor la noticia de la muerte del profesor y periodista Antonio Velasco Hernández.

 

Quien dejó amplia huella en el periodismo veracruzano, pero sobre todo mucho cariño por la confraternidad por igual con todos los colegas.

 

Un hombre de pocas palabras, a la usanza de aquellos años, del periodista serio y hosco, que no se inmutaba ante nada, y que sólo podía abrir el corazón en los momentos de la bohemia, quizás para descargar el peso de la responsabilidad informativa, y quitarles la presión a las muchas emociones en el día a día. Gracias profe Velasco, su labor inconfundible y sus huellas por los muchos caminos andados, perduraran por muchos años. QEPD. La solidaridad con todo el gremio y su familia, de nuevo la prensa de luto. Así las cosas.