LA GRAN DEPRESION
De un lado, tenemos una minuta de la más reciente reunión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México, donde uno dijo algo y el otro dijo otra cosa. Así, en el anonimato.
Y del otro lado, tenemos un collage fotográfico donde, no sin cierta maña, se retrata a todos los subgobernadores con rostros adustos que mandan un mensaje de unanimidad en su preocupación por la condición económica de este país.
Las minutas que publica el Banco de México de sus juntas de decisión de política monetaria son un gran avance en la transparencia del banco central. Pero no hay duda de que les faltan nombres y apellidos para que las discusiones que se dan dentro del búnker del banco central sean más interesantes.
El argumento del anonimato en este reporte parece que va perdiendo sentido en la medida en que sabemos las posiciones claras que tienen al menos dos subgobernadores. De un lado, Jonathan Heath siempre ha sido un muy activo analista que ha dado sus opiniones públicamente en los medios y en las redes sociales.
Y del otro lado, tenemos a Gerardo Esquivel, cercanísimo al presidente Andrés Manuel López Obrador, con relaciones familiares en su gabinete y fiel creyente en la 4T que se transparenta en cada línea de las minutas cuando se trata de meter el cuerpo para tratar, al menos tratar, de defender la actuación del gobierno federal.
El gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, es pulcro en sus declaraciones, tanto que extrañamos las analogías y el lenguaje alegórico de Agustín Carstens, pero dentro de su discurso tan cuidado deja ver sus posiciones personales.
Ahí quedan como grandes misterios para el público en general tanto Irene Espinosa como Javier Guzmán. No son personajes mediáticos y quien les conoce sabe cuál sería el sentido de sus declaraciones.
Y los representantes del gobierno, asistentes a las reuniones de política monetaria son eso, representantes de la 4T sin voto. Pero hay discusiones que merecerían la pena ponerles nombre y apellido.
Por ejemplo, tomemos este fragmento de las minutas que conocimos ayer: “Dicho miembro agregó que, en otras palabras, vamos a seguir procurando la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, pero no al precio que sea. Otro miembro enfatizó que por diversos motivos tanto la política monetaria como la fiscal enfrentan bajo las circunstancias actuales limitantes considerables para estimular la economía. Señaló que para alcanzar este objetivo se requiere atacar las causas fundamentales de la actual debilidad, esto es, una situación de incertidumbre e insuficiente claridad de las políticas públicas en distintos ámbitos, lo que no genera condiciones propicias para la inversión, además de acciones que de manera directa inhiben a la inversión privada”.
Al final, todos, a su manera, están preocupados por el desempeño económico. La votación de decisión de política monetaria fue dividida. Ahí sí hay total transparencia y sabemos que Javier Guzmán votó en contra de rebajar la tasa de interés y su exposición de motivos hace que más de uno, de los que no votamos, estemos de acuerdo.
Pero para que no les busquen fotos a los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México con la misma carita triste, y ante el protagonismo de algunos de ellos, quizá es momento de dar ese siguiente paso en la transparencia de las minutas.
O quizá, ante las reacciones personalizadas y a veces fuertes del gobierno federal, hoy el anonimato cobra más importancia que nunca.
ecampos@nulleleconomista.com.mx
Tomado de El Economista.