Por Ramón Durón Ruíz (†)

La lección es profunda, el amor, que es la fuente de energía más terapéutica, principia por ti mismo, porque nadie puede dar lo que no tiene. Amarte y amar a la gente que se cruza por tu vida, es una forma dialéctica de cambiar tu mundo y el de los demás. El amor eleva tu autoestima, vela por tu bienestar; el bienestar es como el dinero, si tienes puedes ayudar, si no estás bien, cómo quieres estar bien con los demás.na vez, un estudiante le pidió a un gran kabbalista que le revelara todos los secretos de La Biblia y las Leyes del Universo. El sabio le respondió: Ama a tu prójimo como a ti mismo.”1

Por eso el amor te enseña a aprender a cuidarte, a respetarte, a elevar tus pensamientos y DARTE PERMISO DE ir más allá de tus límites. Qué importante es que aprendas que en la vida estás tú primero.

El poder del amor te enseña que tu espíritu es superior, es el maestro del cuerpo, por eso cuando vibras en su armonía fácilmente localizas la fuente de tus tribulaciones, porque te ayuda a tomar conciencia espiritual de que estás hecho para la grandeza, para triunfar, para ser feliz y trascender.

Si “por amor se han fundido los hombres en la faz de la tierra”, el encuentro con él, es un viaje personal fascinante que redescubre tu energía vital, detona tus múltiples capacidades como ser espiritual, te armoniza con los demás y con el universo, ayudándote a recuperar tu naturaleza como ser material–espiritual al conseguir relacionarte armónicamente con la vida.

Tu vida se redimensiona cuando gira en torno a la energía del amor, porque es la emoción más sanadora, el instrumento más poderoso para llegar al conocimiento y la paz interior, es el mejor contraveneno a todas las emociones negativas.

El Filósofo te invita a que participes con amor en la fiesta de la vida. HOY, atrévete a obsequiar una pizca de amor y humor, como por arte de magia llenarás tu cuerpo del más espectacular aroma. Amar y ser amado te transporta a gozar cada minuto de tu vida, a ser feliz, comparte toda la felicidad con la gente, goza cada momento de tu existencia, porque de eso se compone la vida… ¡de momentos!

Mientras la emoción del miedo –ausencia de amor–, debilita y desequilibra tu energía vital, el amor reestructura el rompecabezas de tu vida, por eso, DATE PERMISO DE abrir tu alma para que seas recipiendario del enorme mensaje de esperanza, de fe, de amor y de humor que el universo tiene especialmente para ti.

Una cosa te debe quedar muy clara: no llegaste a esta carnalidad para ser mediocre, –porque estar con vida es el primer escalón de una larga cadena de bendiciones–, sino a dar todo, para expresar tu sabiduría y poder, para disfrutar tu tarea, para vibrar con la excelencia, para que el amor, la felicidad, la armonía, el éxito y la grandeza sean tus compañeros en el camino.

El trabajo de este viejo campesino, está lleno de amor y el amor transforma mi faena en placer y la existencia evoluciona en una delicia. Recuerda que el amor, la amistad, la felicidad, una sonrisa y el milagro del nuevo amanecer, siempre serán una buena nueva para ti.

Lo del trabajo y el amor me recuerda al Diputado Ovárico, quien frecuentemente visitaba al Filósofo para que le ayudara con sus discursos o le diera opinión de los temas nacionales.

Cierta ocasión, extenuado por “la pesada carga legislativa”, decide ir por tierra de compras a los Estados Unidos, a su regreso, pasa por Güémez, en uno de sus escasos momentos de lucidez intelectual, le surge una duda, inmediatamente va en busca del afamado Filósofo a quien le dice:

–– Tú eres un hombre que para todo tienes respuestas, quiero que me digas una cosa: hacer el amor con mi secretaria ¿es trabajo o placer?

–– ¡Es placer! –le responde categóricamente el viejo campesino de allá mesmo.

–– ¡Ah chinga, chinga, chinga! –dice el Diputado– ¿Y porque afirmas eso Filósofo?

–– Porque si fuera trabajo… ¡LO TENDRÍA QUE HACER YO ‘ABRÓN!

1Yehuda Berg email@nullkabbalahmail.com