DANIEL BADILLO
Emotivo y merecido, sin duda, el reconocimiento que este martes realizó el senado de la República, a iniciativa del Partido Movimiento Ciudadano, fundado por el destacado ex gobernador veracruzano Dante Delgado Rannauro, al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, por su destacada trayectoria en favor de la democracia en el país y en América Latina. Así, este martes, en presencia de todas las fracciones parlamentarias representadas en el senado, Cárdenas recibió una humilde, como la calificó el propio Dante, pero muy aquilatada distinción al imponer el nombre de tan insigne personaje a la sala de juntas que ocupa Movimiento Ciudadano en el senado. Figura por demás importante en la historia reciente de nuestro país, Cuauhtémoc Cárdenas, junto con otro no menos importante hombre de la vida política e institucional de México como Porfirio Muñoz Ledo, a quienes se debe, en gran medida, el avance democrático, la participación social y la revolución de conciencias desde aquella ruptura con el PRI de 1987 que dio por resultado el antecedente de mayor peso en la consolidación de un México democrático y con oportunidades para todos que hoy vivimos.
Figuras, insisto, la de Cárdenas y la de Muñoz Ledo, que con el devenir de los años se agigantan cada vez más y se hacen necesarias, ahora más que nunca, pues el viejo anhelo de ver a la izquierda gobernando el país ya es una realidad; sin embargo, no basta con haber conquistado el poder en la persona de Andrés Manuel López Obrador si no se da paso, precisamente, a la igualdad y a la defensa de la soberanía nacional, como lo destacó en su discurso de este martes el propio Cárdenas.
Tiene razón el apreciado ex gobernador veracruzano Dante Delgado: el cardenismo está vivo y actuante. Tanto el del general Lázaro Cárdenas como el de Cuauhtémoc, quienes en su propio tiempo y en su propia circunstancia, aportaron todo cuanto estuvo a su alcance para mejorar la vida de millones de mexicanos. Y es que no se entendería el México moderno sin ambos. Hoy se dice fácil, pero tuvieron que transcurrir más de 30 años, para que gozáramos de plena libertad para elegir y para que el voto fuera respetado a plenitud, lo que dio por resultado el primer gobierno de izquierda a nivel nacional en la figura de López Obrador.
Con Cárdenas inicia una nueva etapa en la democracia mexicana con la elección, por primera vez en la historia, del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, en 1997, que ganó de manera abrumadora por el gran respaldo popular que tenía a su favor. Orígenes aquellos que pavimentaron el camino para que años después, sí, una figura como la de López Obrador llegara finalmente a la presidencia de la República, lo que nadie puede ni debe escatimar. En tal sentido, el justo reconocimiento promovido por Dante Delgado Rannauro, debiera motivar tanto al gobierno federal como al de la Ciudad de México, a hacer lo propio para dimensionar la aportación tanto de Cárdenas como de Muñoz Ledo en el México de libertades que hoy gozamos.
Por lo demás, vaya mi reconocimiento a Dante Delgado por tan diligente acción que viene a demostrar que el ex gobernador de los veracruzanos, se encuentra más vigente que nunca, pues su partido poco a poco se ha ido consolidando como una opción política para un gran sector de la población que ve en Movimiento Ciudadano, un espacio de representación liberal, que abona a la edificación de un México más justo para todos. Enhorabuena.
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