ECONOMÍA CONDUCTUAL
Factores que explican el comportamiento de ahorro durante una recesión económica
Uno de los aspectos que puede incidir en el hábito de ahorrar tiene que ver con el comportamiento económico de las personas durante su infancia.

Raúl Martínez Solares

Esta inclinación a atesorar está profundamente arraigada en mí, porque en el pasado, en tiempos de escasez, tomabas lo que podías conseguir. Angela Merker, canciller alemana.

En términos generales, existe la presunción de que, tratándose de decisiones de consumo o ahorro, las personas ven afectados sus patrones, además por factores como su ingreso o su conducta, por condiciones del entorno y por su perspectiva sobre la situación presente y futura de la economía.

En este sentido, las personas tienden a una menor proclividad hacia el ahorro en periodos de expansión y crecimiento económico y a una mayor propensión al ahorro en periodos en los que se percibe que existe un freno al crecimiento económico o se anticipa una recesión, con escasez de recursos para las familias.

Pero, como en todo proceso de decisión en que intervienen las personas, es difícil establecer relaciones de plena causalidad directa o procesos en los que no intervengan algunos otros factores de la conducta humana, cuando se trata de explicar el comportamiento en temas como, precisamente, el gasto y el ahorro.

En el artículo “When the Economy Falters, Do People Spend or Save? Responses to Resource Scarcity Depend on Childhood Environments”, de Griskevicius, Ackerman, Cantú y otros, uno de los factores que puede incidir de manera notable en el comportamiento de ahorro durante periodos de contracción o desaceleración económica es el entorno económico presente en las personas durante su infancia.

A través de tres experimentos diferentes, los estudios analizaron el comportamiento de las personas en entornos de contracción y escasez de recursos, midiéndolos a partir de las características de los entornos socioeconómicos que enfrentaron en su infancia.

En términos generales, las personas que provenían de entornos socioeconómicos de mayor precariedad en su infancia mostraron en la edad adulta conductas más orientadas al riesgo y decisiones económicas y financieras más impulsivas. De manera muy relevante, ello ocurre incluso cuando se trata de personas que, en su nuevo entorno económico como adultos, presentan condiciones de mejoría sensible en su nivel socioeconómico.

También presentan procesos de decisión mucho más acelerados y, consecuentemente, menos analíticos, lo que frecuentemente lleva a tomar decisiones inadecuadas en términos de la protección del patrimonio económico personal o familiar.

Para este grupo de personas, los momentos de incertidumbre, bajo escenarios de desaceleración o contracción económica, no producen el efecto de una mayor propensión al ahorro.

Por el contrario, en los estudios que el artículo señala, se encontró que las personas que provienen de entornos socioeconómicos en su infancia en los que no enfrentaron condiciones de precariedad económica, posteriormente, durante su edad adulta, al enfrentar entornos coyunturales de desaceleración o contracción económica con escasez de recursos, sí muestran procesos de decisión más analíticos y proclives a contraer su nivel de gasto para favorecer el ahorro.

Como en todos los temas relacionados con la conducta, en este caso específicamente con la conducta económica y financiera, este tipo de relaciones no son ni absolutas ni completamente inevitables.

A partir de modelos que combinen la formación de hábitos financieros, con mejor y más simple información, es posible apoyar a que las personas tomemos decisiones adecuadas, sobre todo en contextos en los que la toma de decisiones resulta mucho más relevante, como ocurre precisamente en momentos de contracción o desaceleración económica que provocan condiciones de escasez de recursos para las familias, con potenciales efectos negativos de largo plazo sobre el patrimonio de las familias.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual y profesor en la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y presidente del Consejo para el Fomento de Fondo de Ahorro Educativo de Mexicana de Becas.

Síguelo en Twitter: @martinezsolares

Tomado de El Economista.