Hay lugares en donde uno se queda, y lugares que quedan en uno. Camelot.

DE ATOCHA A BARCELONA

El taxi nos lleva del Liabeny a la central camionera de Atocha, donde hubo terrorismo en el año 2004. Vamos a tomar el AVE, el tren rápido rumbo a Barcelona, una parada obligatoria cuando se puede. Está un poco lejos, son 631 kilómetros y por carretera se hacen unas 6 horas; en avión 1:30 horas con el consiguiente par de horas antes, como lo obligan las líneas aéreas, pero en el tren rápido se hace en 2 horas 15 minutos. Como así nos ocurrió hoy que lo tomamos. Salen puntuales, cuentan que si se atrasa diez minutos en llegar te devuelven el boleto. Son los mejores trenes de Europa y tienen una ventaja, no cobran por el equipaje, tú trepas tus maletas y a un lado hay unos depósitos donde ponerlas y al llegar a tu destino la tomas y te bajas. Tienes que pasar los rayos X al abordar, no olvidemos que hubo atentados y que en toda Europa les temen a los mugrosos terroristas. En punto de las 3, horario anunciado arranca como caballo en carrera pueblerina terrablanquense, de esas de varas castellanas. Trae un carro comedor para un café o unos sándwiches o papitas de las que no puedes comer solo unas, pero no Sabritas, las de ellos. Una mujer mal encarada sirve, tomo un par de fotos y me pide que en el carro comedor no se puede, pues ni modo ya las había tomado. Pasa también un señor de la tercera edad por los vagones ofreciendo lo mismo. Te dan unos audífonos como en el avión para ver una película. Cuando menos te das cuenta en el GPS de la pantalla te dice la velocidad, vamos a 299 kilómetros por hora y no se siente, parecería que vamos a 80 kilómetros por hora, la ventaja de las ruedas silenciosas y de la tecnología de punta de estos españoles que, en tiempos del Rey Juan Carlos, fueron a venderle al Emir de Arabia Saudita, tío de Hugo Chahin, la tecnología y la instalación de una red de trenes AVE, que son los mejores del mundo, solo superados ´por Japón, pero esa es otra historia. Si AMLO quiere salir victorioso con su Tren Maya al que no le ha puesto nada, debía venir  y subirse a uno de estos y vería lo que es amar lo bello en tierra ajena. Alguna vez cuando el jefe de Gobierno José María Aznar, fue a una conferencia y comida a Veracruz con el gobernador Fidel Herrera Beltrán, me comentó en corto que lo que la gente le pedía, cada que iba como presidente a los pueblos, era un AVE, su AVE, le pedían al presidente. No son baratos, valen quizá lo que un vuelo de avión, pero tienes la ventaja que llegas 15 minutos antes, pasas los filtros, subes tu equipaje y a disfrutar de esa campiña entre Madrid y Barcelona.

LAS RAMBLAS

Bajando del tren nos fuimos al hotel, nos registramos y como la hora era tempranera, pues a comer y caminar por Las Ramblas, el lugar donde más paseantes hay en Barcelona, son ríos y ríos de gente que no dejan de caminar, de todas las nacionalidades, controlada por mucha policía porque aquí, se recuerda que hace dos años hicieron un acto terrorista con muertes y desgracias y tragedias, unas horas inciertas que enlutaron a España toda, y al mundo, porque contra el terrorismo no se puede (15 muertos, entre ellos dos niños de 3 y 7 años, y 131 heridos, cuando una furgoneta embistió a la gente). Se camina por el Paseo de Gracia. Atisba uno los grandes y bellos edificios, como los que tenemos en México en nuestro Centro Histórico. Ese bello del Banco Nacional de México. Los Corte Inglés aparecen monstruosos. Es una cadena que domina España pero que se ha resistido ir a México. Si allá llegara reñiría con El Palacio de Hierro y los Liverpool, que son parte de mi vida, cuando hay quincena. Al pie de las Ramblas, donde fijaron los contactos de fierro para que ningún auto se meta a arrollar gente, platicamos con un mesero, nos dice que más noche, a eso de las 10 en adelante ya es peligroso, aunque hay muchos policías, los Mossos de Squadra así llamaos aquí, los rumanos vienen a hacer su agosto, la mayoría son carteristas, no ejercen la violencia, solo te descuidas y roban lo que traes con cartera completa o las bolsas a las señoras, pero quitando de ahí ese peligro lo demás es tranquilo. Camino y veo una de las tiendas del Barcelona club de Messi, de dos pisos, las de deportes, donde engrandecieron a este club que aquí tienen tantas tiendas como los Oxxo de México, al parecer uno en cada esquina.

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