Y DURO CON EL DENGUE

 

Agustín Contreras Stein

 

VAYA, QUE TODOS estos días han sido de diversos comentarios, pero teniendo como principal protagonista al dengue.

 

Si, aunque no lo parezca, este virus se ha hecho famoso, tanto por las enfermedades que causa como por las grandes discusiones que se han generado en torno a él.

 

Y es que no falta razón, tanto a los que fustigan al Gobierno del Estado, por no atender a tiempo este fenómeno, como a los que niegan, a capa y espada su irresponsabilidad.

 

Cierto es, en gran parte, que la población veracruzana, tiene la obligación de cuidarse y para estos efectos, defenderse de las enfermedades es necesario que ponga todo su empeño, sobre todo, porque existen menores y mayores de edad que son más vulnerables a este tipo de padecimientos.

 

En este sentido no le falta razón a la Senadora Gloria Sánchez Hernández, cuando asegura que la ciudadanía tiene la obligación de prevenir este virus  que aparece cíclicamente y que causa serios trastornos a la salud, pero debe darse cuenta la legisladora en cuestión, que los ciudadanos no cuentan ni con el recursos, ni con las estrategias definidas para enfrentar este fenómeno, por lo que en este caso es mejor no decir nada, porque la mayor responsabilidad,  hay que decirlo, es del gobierno, por no dictar las medidas a tiempo para salir al combate de los mosquitos que trasmiten este virus.

 

No se trata de echarse la culpa, uno a otro, sino que es necesario que cada quien afronte su propia responsabilidad. El Gobierno, por ejemplo, tiene a través de la Secretaría de Salud, el pleno conocimiento de la aparición de estas enfermedades y por lo tanto, el compromiso de vigilar que estas pandemias no cundan por el Estado.

 

Quede también claro que la ciudadanía tiene su propio compromiso para no permitir que estos mosquitos proliferen por todas partes, pero sin duda, dirán y también con toda la razón del mundo, que para eso se encuentran las instancias estatales para enfrentar estos casos, pues tienen los recursos necesarios para poder disponer de campañas en todo el Estado, a fin de disminuir los efectos de este virus, que por ahora, si mal no entiendo, ya se han generado más de seis mil casos, algunos de ellos, solo algunos con pérdida de la vida en pacientes que fueron infectados por el virus.

 

En fin, que al asunto del dengue se le ha entrado por diversos lados, pues para unos es cuestión de salud y que las propias autoridades deben acudir en auxilio de la población, mientras que para otros, tratando de defenderse de posibles ataques, le echan la bolita a otros factores como la no intervención oportuna de la sociedad, cuestión que no debe ni siquiera mencionarse, porque bien se sabe que la sociedad ha contratado, por esta razón, a quienes tienen el conocimiento necesario y que tiene la responsabilidad y la obligación de prevenir, más que los propios pobladores, porque ellos tienen los recursos suficientes y el pleno conocimiento de cómo atacar este problema y evitar los criaderos que dan origen a la presencia de los mosquitos, porque efectivamente sin criaderos no hay larvas, sin larvas no han mosquitos y sin mosquitos, no hay dengue.

 

Si hay que echarle la culpa a la sociedad, a la población en general, por no cuidarse, entonces ya no serán necesarias todas las campañas que desde hace muchos años se llevan a cabo para prevenir este virus como otros que también causan daño a la propia población.

 

Hay que recodar como en otros tiempos, con menos recursos, los gobiernos, tenían sus propios programas de fumigación en todos los poblados, obligando, incluso, a todos los pobladores a desocupar sus casas para poder entrar con todo el equipo necesario y diseminar por todos los rincones el insecticida que el gobierno federal compraba a tiempo, sabiendo de las plagas que pronto llegarían, de acuerdo a las estaciones del año y las temperaturas que imperaban en determinadas zonas.

 

Pero no, ahora, es culpa de los habitantes de Veracruz, y todavía hay quienes defienden lo indefendible, calificando de peligrosamente inmoral, irresponsable y absurdo echarle la culpa al gobierno.

 

No es, desde luego, exactamente así. Es cierto, la responsabilidad es de ambos, tanto del gobierno como de la población, pero en el caso del dengue, no hay de otra, la mayor culpa es del gobierno por no haber prevenido en tiempo y forma, la llegada del mosquito trasmisor del dengue.

 

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SE ENVALENTONA EL PRESIDENTE.

 

AUNQUE HAYA presiones de las Universidades y de algunos de los Sindicatos de Trabajadores al servicio de estas instituciones, el Presidente ha dicho claramente que no habrá aumento de recursos económicos como lo están solicitando una gran parte de ellas.

 

Pase lo que pase, no se destinarán mayores partidas económicas para la educación superior y esto, desde luego, pone en grandes aprietos a las Universidades que viven, prácticamente, de los subsidios que recibe tanto del gobierno federal como de las administraciones estatales.

 

Por ahora esta ha sido la respuesta presidencial, la cual se ha dado a conocer con toda la fuerza que tiene el poder nacional, con lo que todas las manifestaciones que se han llevado a cabo, no se ha logrado nada y tendrán que seguir en las mismas condiciones, aunque no se sabe cuál será la reacción a esta negativa presidencial, pues por ahora han sido las instituciones y sus trabajadores, pero más tarde podrían unirse la mayor parte de estudiantes que supuestamente se verán afectados por las limitaciones económicas de sus respectivos centros de estudio.

 

Todo esta claro, pues para la educación, para el campo y para otras actividades productivas del país, no hay dinero, porque así lo dicta la famosa austeridad republicana, que no es más que apretarse el cinturón por parte de la población mexicana, para dar paso a otras inversiones populistas como seguir manteniendo la repartición de recursos a la gente que no trabaja ya, pero que son, de alguna manera, cautivos electores en las próximas elecciones.

 

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RAMOS ALOR, ¿EL PRIMERO?

 

CORREN LOS RUMORES de que el gobernador del Estado, ya están pensando seriamente en hacer uso de sus facultades para poder reacomodar su equipo de colaboradores, removiendo y despidiendo a algunos de ellos por no estar al tanto de las circunstancias que imperan en estos momentos dentro y fuera del Estado de Veracruz.

 

El Secretario de Salud, ha sido vapuleado desde el principio de la administración por haber cometido diversos errores en su quehacer dentro del campo que le corresponde, pero tal vez, la gota que ha venido a derramar el vaso, sea, la proliferación del virus del dengue en toda la entidad, donde se cuentan con miles de enfermos, principalmente, por no haber atendido en tiempo y forma este problema.

 

A todo esto habría que añadir otras irresponsabilidades dentro del sector salud, por lo que ha sido severamente cuestionado, lo que ha dado lugar, se dice, a que el titular del Poder Ejecutivo de Veracruz, tome las precauciones necesarias y comenzar a despedir a quien no funciona como se requiere.

 

El Secretario de Salud, como se ha dicho, podría ser el primero de la lista que se dice, también, se ha elaborado para darle las gracias antes de que culmine este año.

 

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

 

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