LA GRAN DEPRESIÓN
¿Y cómo va el Paquete Económico?
Enrique Campos Suárez

Muy poco hemos sabido del destino del Paquete Económico para el 2020, que incluye la Miscelánea Fiscal, la ley de ingresos y el presupuesto de egresos, quizá porque en estos tiempos lo que dicte el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional se toma como la única voluntad que habrá de prevalecer, y lo demás es puro trámite.

Aunque también hemos visto que, cuando más en silencio transita una iniciativa por el Congreso, más duendes aparecen que le agregan disposiciones que llegan a ser escandalosas.

En cuanto a los tiempos, todo va de maravilla. La ley de ingresos, con el paquete fiscal, y que incluye modificaciones a las leyes del Impuesto sobre la Renta, la del Impuesto al Valor Agregado, la del IEPS, la de Ingresos sobre Hidrocarburos y la Federal de Derechos, además del Código Fiscal de la Federación, será sometida a discusión y aprobación mañana.

Ello garantiza que la mayoría de Morena la habrá de hacer pasar sin problemas mucho antes del vencimiento del plazo legal, que es este sábado 20 de octubre.

El problema está en el contenido. Muchos de los criterios económicos con los que llegó la iniciativa presidencial ya caducaron ante la realidad de una desaceleración económica que no encuentra el piso. Eso de esperar un crecimiento de 2% durante el 2020 no parece algo viable. Tampoco imaginar que se producirán casi 2 millones de barriles diarios en un país que invierte muy poco en la extracción de petróleo.

Si no corrigen los cimientos del Paquete Económico, se pueden venir abajo las expectativas de recaudación, y con ellas los recursos disponibles para gastar.

Por ahí se elevó tímidamente la voz del presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el morenista Alfonso Ramírez Cuellar, quien dijo que como llegó la ley de ingresos no alcanzaría para cubrir tantos gastos estimados en el presupuesto de egresos.

Pidió buscar hasta debajo de las piedras unos 80,000 millones de pesos, que, de acuerdo con sus cálculos, faltaban para cumplir con tantos compromisos de gasto.

Está claro que no serán los diputados los que tomen la iniciativa, porque se han confesado como obedientes a los dictados presidenciales.

La esperanza es que llegue a San Lázaro en este par de días, o al Senado en lo que resta del mes, la instrucción de quitarse la venda de los ojos y ver la realidad. Aunque está claro que desde la oficina principal de Palacio Nacional todo lo ven requetebién.

Entonces, en términos de tiempo y forma no habrá ninguna dificultad para que el Paquete Económico 2020 quede listo conforme a los plazos que marca la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

El temor está en cuanto a su viabilidad, si no se atiende a la realidad de un país que no está creciendo y que no tiene motores para despegar en los años por venir.

Y no es poca cosa atinarle a los estimados presupuestales, porque, más allá de que se optara por recortar el gasto, ya durante el ejercicio, antes que aumentar el tamaño de la deuda, hay un mundo financiero que vigila que haya disciplina fiscal en México para no tener que recetar una rebaja en la calificación crediticia de la deuda soberana mexicana.

ecampos@nulleleconomista.com.mx

Tomado de El Economista.