Evo y el Foro de Sao Paolo
Agustín Basilio de la Vega
Después del colapso del mundo socialista en 1989 hace 30 años por la miseria, hambre y atraso social que dejo el experimento socialista en Europa, en América Latina los partidos de izquierda se congregaron para continuar sin el apoyo de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) que durante décadas los había auspiciado políticamente, económicamente y en algunos casos militarmente.
El muro de Berlín dividió al mundo en dos bloques: el occidental con democracias liberales y el oriental con dictaduras comunistas. Aquí en América, durante más de treinta años, Cuba fue la gran aliada de los soviéticos y desde allí exportó a los países latinoamericanos su ideología.
Esta organización de partidos políticos americanos de izquierda llenó el vacío político que dejo la URSS y fue fundada por el Partido de los Trabajadores de Brasil en “São Paulo” en 1990 poco después de la caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989). Su objetivo es ganar con movimientos populistas los gobiernos de América y desde ellos establecer políticas estatistas.
Evo Morales fue uno de los gobernantes que llegó al poder por el Movimiento al Socialismo en Bolivia en 2005, reformó la constitución para poder reelegirse, instrumentó cambios para establecer control sobre los órganos del Estado y llevó a su país a una crisis social y política que hoy ha terminado con su presidencia después de 14 años.
El derrumbe de Evo Morales inició por la falta de respeto a la democracia que cultivó su régimen. Un asunto grave fue que desconoció el referéndum del 21 de febrero de 2016 que dijo “no” a una nueva reelección, hizo fraude en las elecciones del 20 de octubre de 2019 para evitar la segunda vuelta, los ciudadanos salieron a protestar masivamente durante las siguientes semanas y el 10 de noviembre de 2019 finalmente se vio obligado a renunciar.
Hoy en Bolivia se tiene la esperanza de que en 90 días se realicen elecciones democráticas para elegir un gobierno que restablezca los derechos de los ciudadanos, sus libertades y una economía de mercado que realmente sea humana y ayude a superar la pobreza y la desigualdad.
La caída del régimen populista de izquierda de Evo Morales cimbra al régimen de Venezuela que está tambaleándose por sus malos resultados económicos que tienen a sus habitantes con hambre y pobreza y además representa un duro golpe al Foro de Sao Paolo que tercamente no entiende que el progreso de la humanidad depende del respeto de sus libertades y que el Estado debe ser un promotor del emprendimiento y no un estorbo.
Hoy México está dentro de la esfera de esta organización americana de izquierda como consecuencia del arribo al gobierno de López Obrador que postula esa ideología. Los mexicanos debemos tener cuidado de que no siga radicalmente con estas ideas populistas que ya demostraron su inoperancia para mejorar la vida de los ciudadanos y tenemos que ayudar a rectificar pronto para que no avance el populismo con malas decisiones.
La democracia Mexicana solo podrá sobrevivir si los hombres y mujeres que tienen ideas claras participan para que más mexicanos comprendan que no es el camino del progreso acabar con la libertad y el derecho de emprender negocios, destruir la propiedad privada y eliminar la competencia del mercado gastando en monopolios estatales. Los motores del progreso económico que han hecho que los países salgan de la miseria son la libertad, la propiedad y la competencia.
@basiliodelavega 11 de nov de 2019