Rick Gates, quien una vez fue mano derecha del jefe de campaña presidencial de Donald Trump, Paul Manafort, y un testigo estrella en la investigación de Rusia del fiscal especial Robert Mueller, fue sentenciado en un tribunal federal en Washington a 45 días de cárcel y tres años de libertad condicional, por conspiración y mentir al FBI.
El cabildero trotamundos que durante una década ayudó a administrar los asuntos de Manafort en Europa, se declaró culpable en febrero de 2018 de mentirle al FBI y conspirar para ocultar decenas de millones de dólares ganados por el lucrativo trabajo que él y Manafort tenían en Ucrania.
El acuerdo original de declaración de culpabilidad de Gates exigía una posible pena de prisión de cinco o seis años, pero los fiscales federales presentados en la corte la semana pasada dijeron que no se opondrían a la solicitud de su abogado de no pasar tiempo en prisión, en virtud de la “asistencia extraordinaria” que dio a la investigación del Rusiagate, que buscó saber si algún estadounidense conspiró con los esfuerzos rusos para influir en las elecciones de 2016.
La sentencia se produce más de dos años después de que Gates y Manafort se convirtieran en las primeras personas acusadas públicamente en la investigación de Mueller.
Manafort se desempeñó como presidente de campaña de Donald Trump hasta agosto de 2016, cuando renunció al surgir la noticia de su trabajo en Ucrania. Sin embargo, Gates permaneció hasta el día de las elecciones, trabajando en un momento para el Comité Nacional Republicano, y luego se convirtió en vicepresidente del comité inaugural de Trump.