Las temperaturas más elevadas, y la reducción de la nieve y de la cubierta de hielo en el Ártico, ponen en riesgo los hábitats, las poblaciones de peces y las culturas locales, según un reporte publicado el martes por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
“Muchas personas piensan que el Ártico es un lugar muy lejano, pero la pérdida de hielo afecta a la gente ahora, está cambiando la vida de las personas”, dijo Don Perovich, geofísico de la Universidad Dartmouth y colaborador en el reporte.
El mar de Bering, entre Alaska y Rusia, es uno de los dos sitios de pesca más productivos del mundo. Sin embargo, la región ártica se calienta a más del doble de velocidad que el resto del planeta, según el informe.
En los últimos dos años, la banquisa _ agua de mar congelada _ que flota sobre el mar de Bering durante el invierno llegó a sus niveles más bajos en la historia, halló el reporte. Y los hábitats de los peces que sustentan a grupos indígenas y a la pesca comercial se han movido hacia el norte, según el reporte difundido en la reunión anual de la Unión Americana de Geofísica.
“La industria pesquera se basa en el supuesto de que los peces estarán en ciertos lugares en ciertas épocas, pero eso cambia en respuesta al rápido cambio del Ártico”, dijo Waleed Abdalati, un científico ambientalista de la Universidad de Colorado-Boulder que no participó en el estudio.
Por primera vez, el “Reporte Ártico” anual de la agencia estadounidense incluye observaciones de grupos indígenas que cazan y pescan en la región.
“Esperamos el regreso de la banquisa cada otoño”, escribieron 10 representantes de las más de 70 comunidades indígenas de la zona. “El hielo ofrece acceso a focas, ballenas, morsas, peces, cangrejos y otra vida marina para nuestra faena de subsistencia”.
Estas comunidades alguna vez tuvieron hielo marítimo en el mar de Bering durante ocho meses al año, pero ahora sólo lo tienen de tres a cuatro meses, halló el reporte.
_
El departamento de Ciencia y Salud de Associated Press recibe apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable de su contenido.