«Marcelo Ebrard, se convirtió en el hombre orquesta del gabinete presidencial y en la cara de México ante el extranjero ante la negativa de AMLO a salir del país. Y le fueron colgando más milagros: la compra de las pipas para México para Pemex, el control de la migración de Centro y Sudamérica, la operación «salvando a Evo», negociar el T-MEC y, sobre todo, «torear» a Donald Trump. ¿Hasta dónde podrá Ebrard seguir malabareando tantas pelotas?». Lo escribe F. Bartolomé en «Reforma».