LA GRAN DEPRESIÓN
La crisis de jubilaciones empieza en tres años
Enrique Campos Suárez
La polvareda que levantó el criterio de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la manera de poner tope a las pensiones del régimen del Instituto Mexicano del Seguro Social, además de que no era un tema nuevo, dejó al descubierto el verdadero problema del sistema de pensiones.
Todos deberíamos estar preocupados por el problema financiero para el país con la burbuja que se sigue inflando con los regímenes de reparto. Pero en lo individual los trabajadores menos angustiados, por ahora, deberían ser aquellos que pertenecen a esa llamada generación de la transición.
Aquellos que empezaron sus actividades laborales antes del verano de 1997, que tienen un trabajo formal, registrado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que, claro, en pleno uso de sus facultades mentales, opten por jubilarse con el régimen de la ley de 1973 y no con la ley del 97.
Fue un falso debate al que el presidente le sacó magistralmente beneficio mediático aquello de la amenaza de la reducción de la pensión de 25 a tan sólo 10 salarios mínimos.
Se pudo lucir el presidente López Obrador con su repertorio de frases comunes, como aquella de “eso sí calienta”, o la de “no nos compares, no somos iguales”, para dar paso después a una explicación por parte del director del IMSS, Zoé Robledo, de que ese pequeño grupo de próximos candidatos a la jubilación puede estar tranquilo.
Y es realmente un grupo reducido. Porque para poder jubilarse con 25 salarios mínimos, diría Perogrullo, habría que estar registrado con 25 salarios mínimos de ingreso. Es más, para jubilarse con 10 salarios mínimos habría que tener un ingreso mensual, registrado ante el IMSS, de unos 37,000 pesos mensuales.
Para ponerlo en números, de acuerdo con el propio Zoé Robledo, hoy tienen registrados alrededor de 33,000 trabajadores, de esa generación de transición, que tienen un ingreso registrado de más de 10 salarios mínimos.
Y como para poner fin a la preocupación general que se dio por este tema, el número de trabajadores de la transición que tienen sueldos registrados ante el IMSS de 25 salarios mínimos o más es de 6,270 personas.
No, el tema central es que todos aquellos que hoy conforman la mayoría de los trabajadores en activo, formales y registrados ante el IMSS, tendrán la obligación de retirarse con los recursos que hayan juntado en su cuenta individual en una administradora de fondos para el retiro.
Las primeras generaciones de estos trabajadores están a tres años de la jubilación y no tendrán un ingreso mensual superior a 30% de su último salario como trabajadores activos, en el mejor de los casos. Claro que la 4T ya le echó la culpa a los de atrás y eso es absolutamente cierto, pero el problema hoy es de este gobierno. Tiene la administración del presidente López Obrador que asumir que, si no aumenta la edad de jubilación y si no incrementa el monto de las aportaciones obligatorias, seguirá encendida la mecha de una bomba de tiempo financiera y social sin precedentes.
Ya se abrió la cloaca, ya no se puede cerrar sin una solución.
ecampos@nulleleconomista.com.mx
Tomado de El Economista.