La incertidumbre es parte de la vida
El mundo está cambiando todo el tiempo y a una velocidad sin precedentes. Algunos son pequeños y casi imperceptibles; otros suceden de manera natural. Pero otros son enormes y suelen tener consecuencias importantes.
Hoy estamos viviendo una situación que genera mucha incertidumbre y que está provocando, en distintas partes del mundo, el cierre de negocios y la pérdida de empleo. Es un problema muy grave que nadie podía anticipar.
Éstas son cosas que eventualmente suceden (han pasado antes) y que son inevitables. ¿Qué tanto nos afectarán? Depende mucho de cómo nos hayamos preparado y de nuestra capacidad de adaptación. No le pegará igual al que tiene ahorros y un cierto patrimonio, que a alguien que debe hasta la camisa. Por eso, siempre he insistido en que llevar nuestras finanzas personales en orden es fundamental.
¿Cómo podemos navegar bien por periodos inciertos? Aquí algunos consejos generales:
• Permanecer siempre en buena condición financiera. Desde luego, mientras más sanas se encuentren nuestras finanzas personales, mejor estaremos para afrontar cualquier cambio. Por eso uno siempre debe tener un fondo para emergencias que cubra al menos tres meses de gasto familiar (idealmente seis o más) y tratar de no utilizar el crédito para bienes de consumo (ni siquiera meses sin intereses, a menos que sea necesario).
• Entender nuestra tolerancia al riesgo. Mucha gente asume más riesgo que el que realmente puede manejar. El problema es que se dan cuenta de ello cuando la volatilidad se incrementa, como ahora. Los sentimientos de que todo se viene abajo pueden ser muy poderosos. Por eso es muy importante construir un portafolio de inversión que nos deje dormir tranquilos por la noche, específicamente cuando vienen periodos como éste. De lo contrario, es fácil asustarse y vender en el peor momento.
• Manejar adecuadamente nuestras emociones. Los seres humanos somos seres emocionales y tendemos a tomar decisiones por impulso, sin el suficiente análisis. Esto es lo peor que podemos hacer, tratándose de nuestro dinero. Uno siempre debe tomarse el tiempo de informarse, analizar la situación con calma y desprenderse de sus sentimientos. Esto, desde luego, no es fácil, pero una de las formas más fáciles de lograrlo es por medio de la propia educación.
• Los cambios en ocasiones requieren de hacer ajustes, aunque no siempre. Todo depende si se trata de un cambio externo (como una pandemia global) o uno que nos aplique de manera particular (por ejemplo, un hijo en camino). En este caso, vale la pena hacer una revisión exhaustiva de nuestras prioridades y metas de vida. ¿Cómo puede afectar este cambio la manera como gastamos nuestro dinero? ¿Cómo podemos hacer la transición más sencilla?
• Permitir que los cambios se presenten, nunca retrasarlos. Una característica que nos hace humanos es que muchas veces llegamos a subestimar lo que nos puede llegar a pasar. Pero tratándose del largo plazo, la negligencia puede ser fatal. Un hecho probado es que muy pocos jóvenes comienzan a ahorrar para su retiro desde que comienzan a trabajar, la mayoría lo retrasa. Suelen verlo como algo muy lejano. Sin embargo, la realidad les alcanza y, cuando menos lo esperan, penosamente se dan cuenta de que no están lo suficientemente preparados para afrontarlos.
Mientras mejor estén tus finanzas personales, mejor podrás afrontar cualquier cambio que se presente en tu vida, especialmente, en periodos de incertidumbre.
Tomado de El Economista.