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El aislamiento para evitar la propagación del coronavirus puede llegar a ser muy aburrido, pero una selección de clásicos y no tan clásicos del cine mexicano puede ser una gran solución para entretenerse.

El cine mexicano tuvo su época de oro entre 1933 y 1964, por lo que es una buena opción empezar por ahí además de muchas entretenidas comedias, algunos dramas para los momentos duros de la cuarentena y unos documentales llenos de curiosidades.

PARA ESTAR AL DÍA

En los últimos años el cine mexicano ha dado un salto en número de producciones y en repercusión internacional en parte gracias a directores como Alfonso CuarónAlejandro González Iñárritu o Guillermo del Toro.

Es un buen momento para ver sus premiadas cintas como Roma (2018) o The Revenant (2015).

Sin embargo, hay otras películas recientes que han recibido alabanzas por parte de la crítica y varias nominaciones a premios relevantes.

Las Niñas Bien es un largometraje de Alejandra Márquez Abella en el que se adapta el “bestseller” homónimo de Guadalupe Loaeza, donde un grupo de mujeres de la alta sociedad mexicana debe enfrentar la crisis del 1982.

La película, aunque impregnada de humor, funciona como una crítica al clasismo pero desde la empatía y la mirada femenina.

Otra cinta actual de éxito es Chicuarotes, dirigida por Gael García Bernal, que comparte con la de Abella la crítica social.

En este caso dos jóvenes que buscan salir de la pobreza que abunda en el pueblo de San Gregorio Atlapulco (al sur de la capital mexicana) tratan de conseguir dinero trabajando como payasos en el transporte público, pero al no conseguir mucho dinero acaban por asaltar a los pasajeros.

PARA FORMAR PARTE DEL DRAMA

Para quienes se inclinen por regocijarse en la propia nostalgia es un buen momento para volver a ver -o puede que ver por primera vez- Amores Perros (2000), una cinta que se ha convertido en uno de los clásicos del cine mexicano.

Fue la ópera prima de Iñárritu -forma una trilogía con 21 gramos y Babel– y lo catapultó como director, además de dar reconocimiento a su protagonista: Gael García Bernal.

Otro drama mexicano pero en este caso más actual es La camarista (2018), de Lila Avilés, protagonizada por Gabriela Cartol, una cinta que relata las dificultades que atraviesa Eve para cuidar a su hijo a pesar de sus largas y duras jornadas de trabajo en uno de los hoteles más lujosos de Ciudad de México.

PARA ALIGERAR LA CUARENTENA

Me estás matando, Susana (2016) y Por la libre (2000) son dos buenas opciones para entretenerse, ya que ambas son comedias ligeras pero con cierta lectura más allá de lo banal.

La primera, dirigida por Roberto Sneider y protagonizada por Gael García Bernal y Verónica Echegui, está basada en la novela Ciudades desiertas de José Agustín y es una historia de amor y desamor entre un actor mexicano y una joven escritora española.

Por la libre, dirigida por Juan Carlos de la Llaca, relata la historia de dos primos que no se soportan pero que, tras la muerte de su abuelo, aprenden a convivir de manera inevitable.

PARA MANTENER UN PIE EN LA REALIDAD

Encerrados en casa siempre es bueno intentar mantener cierto contacto con la realidad con historias de la vida cotidiana y sus sorprendentes relatos: por eso ver documentales puede ser una buena opción.

La película documental Bellas de noche (2016) es la primera cinta de María José Cuevas y muestra la gloria, el ocaso y el resurgimiento de cinco de las principales vedettes que triunfaron en México en las décadas de 1970 y 1980: Olga Breeskin, Lyn May, Rossy Mendoza, Wanda Seux y la Princesa Yamal.

Quebranto es una cinta de 2013 dirigida por Roberto Fiesco, que cuenta la historia de Fernando García, un actor infantil que al crecer quedó en el olvido. En el declive de su carrera realiza un cambio de sexo y adopta la identidad de Coral Bonelli.

PARA SENTIR ORGULLO DEL CINE MEXICANO

Nunca es mal momento para regresar a los clásicos de la época de oro del cine mexicano y ver las películas pendientes que todo mexicano tiene que ver.

Sin duda, Macario (1960), de Roberto Gavaldón, es una de las películas más representativas del cine mexicano y una de las primeras cintas en incluir el Día de Muertos en su trama de manera tan evidente, dando cuenta de la gran relevancia del culto a los muertos en la identidad nacional.

Y lo hace a través del contacto del protagonista, Macario (interpretado por Ignacio López Tarso), un pobre campesino, con la muerte y el diablo en la víspera de la celebración de muertos. Todo, en su ansia por lograr disfrutar de un banquete sin tener que compartirlo con nadie.

Otro clásico que merece la pena visionar en cuarentena es Nosotros los pobres (1948), de Ismael Rodríguez Ruelas y protagonizada por Pedro Infante, una historia de un carpintero humilde que convive con su hija, su madre paralítica y su novia.

En esta historia de costumbrismo el carpintero es acusado de asesinato pero contará con la ayuda de sus vecinos y amigos para demostrar que es inocente.