Ya leyó usted ‘El diario de Ana Frank?

 

Antes de entrar en materia, haré un paréntesis para hacer un breve comentario que tiene que ver con la emergencia que estamos viviendo, que tiene que ver con educación y malas costumbres. Creo que es importante que los hombres, porque fundamentalmente somos los varones, erradiquemos la pésima costumbre de escupir en la vía pública. ¡Se acabó a partir de esta pandemia! ¡pésima costumbre! Bueno, y ya entrando en materia, pregunté si ya leyeron el célebre diario de Ana Frank. Si no lo han hecho aún, es ahora el momento adecuado para hacerlo. Lo leí hace muchos años, quizá en la secundaria. Es una lectura ligera, narrada con sorprendente realismo. Ana, en su reclusión forzada en la ciudad de Ámsterdam, lo empezó a escribir el 14 de junio de 1942, acababa de cumplir 13 años (estuvo recluida del 9 julio del 42 al 4 agosto 44). Lo denominó ‘Kitty’. Fue un angustiante encierro de dos años junto a sus padres, su hermana Margot y cuatro personas más de otra familia. Tiene un gran valor literario, el testimonio es crudo, contado desde la visión inocente de una adolescente, casi una niña. Hay mucho sentimiento, pero también una mirada precisa de la tragedia que vive. Aquí algunos extractos: “Más adelante, ni yo ni nadie va a estar interesado en leer las reflexiones de una niña de 13 años. ¡No importa! Quiero escribir/ … tengo la sensación de ser un pájaro enjaulado al que le han cortado las alas y que, en la más absoluta negrura, choca contra los barrotes de su estrecha jaula, al querer volar/ … no quiero haber vivido en vano, como la mayoría de la gente. Quiero ser útil, llevar alegría a los demás, incluso a los que no conozco. Quiero seguir viviendo, incluso después de la muerte/ … yo sé lo que quiero. Tengo un objetivo, una opinión; tengo una religión y un amor. Quiero ser yo misma. Con esa me basta y me sobra”. Léala, le va a gustar y a conmover.