Cuando la cuarentena termine

Claudia Viveros Lorenzo

 

¿Está usted aburrido de escuchar, leer, o mirar noticias todo el día solo sobre el COVID-19? Yo también. La sobre información que estamos teniendo eleva el estrés y hace que los que sí estamos tratando de guardarnos en casa, nos pongamos mucho mas vulnerables a la psicosis. De todo lo que he leído esta semana sobre el tema, la noticia que más me ha retumbado, son los nuevos casos, en donde aún pasando los 14 días que se supone debe durar el virus en el organismo humano, están volviendo a dar positivos, lo que ha hecho a la OMS, replantearse si el virus no se va en todos los casos, haciendo a algunos portadores y por lo tanto transmisores constantes, o sí se puede volver a contraer, en más de una ocasión. Si esto es así, entonces viviremos una larga adaptación al virus, hasta que la raza humana se adapte y cree mecanismos de defensa biológicos, o hasta que la ciencia nos ofrezca un remedio.

 

Esto nos hace girar a muchos la cabeza. Y preguntarnos, ¿cual será el camino a seguir?

 

Es un hecho que el coronavirus 19 es un parteaguas en la historia de la humanidad, como la mayoría de las pestes que nos ha tocado vivir. Sí, le dije peste, un termino muy bíblico, muy teológico. Y lo hago, aunque mi lado racional, me hace entender que es un virus, una pandemia, desatada por factores biológicos, de sanidad y fragilidad como especie. Pero también desde el punto de entendimiento social y espiritual, creo que ya nos habíamos tardado en llegar a este punto donde necesitábamos vivir algo como esto para reaccionar y direccionar.

 

Hace algunos años leí una entrevista al Príncipe Felipe de Inglaterra, este personaje tan tajante y ortodoxo, donde declaraba, que el planeta estaba sobrepoblado y eso hacía que los problemas en él crecieran, y predecía (sin saberlo) que debía soltarse un virus, que eliminara unos cuantos, para que las cosas se pusieran de nuevo en su lugar. Son palabras fortísimas, lo sé, y las reproduzco y saco a colación, porque no es que piense que es una declaración prudente, las cito, porque más que creer que solo como medida de reordenamiento, podemos tomar el exterminio de algunos, lo que es urgente, es reordenarnos nosotros mismos. En todos los aspectos. Y es que esta pandemia nos obliga a ser diferentes en todo. Se empieza a proyectar que la cuarentena se acabará a finales de mayo, algunos países ya están promulgando leyes sobre educación, para sustentar las decisiones que se vayan a dar a nivel escolar. Otros están preocupados por la reactivación económica, la situación del petróleo, fue tema en esta semana también. El sector salud reclama desesperado ayuda y el gobierno, que lo mantuvo abandonado por tanto tiempo, tendrá que cargar en su consciencia (si es que la tiene) cuando empiece la fase 3, de la tremenda emergencia que se vivirá.

 

Lo que se pensó que sería cosa de quince días y luego pasó a un mes, se va extendiendo poco a poco, y es ya, una transformación exigente, en donde para poder ser parte de ella, todos, tendremos que poner mucho de nuestra parte. Tomarlo con la sabiduría necesaria para saber como vamos a enfrentar el nuevo mundo. Y no, no estoy queriendo sembrar terror con mis palabras. Lo que sí, es pedirle que este atento. O como decimos en México: “bien abusado”. Porque los que terminemos la cuarentena no vamos a regresar a la “normalidad”, como si nada hubiera pasado, porque la normalidad que conocimos ya no existirá. Quizá tendremos que vivir por mucho tiempo cuidándonos del COVID 19, ya no será raro el uso de tapabocas y guantes. Quizá el trabajo a distancia se institucionalice. Empecemos a revalorar la libertad que tuvimos antes de disfrutar nuestro planeta sin atentar contra él. Empezaremos a vivir con menos, pero más tranquilos, sin tantas prisas ni perdiendo el tiempo tanto, recorriendo distancias de un trabajo a otro. Quizá ahora sí toda la información cargada en la web, sea utilizada y valorada por las instituciones educativas y por los alumnos que tendrán que desarrollar su competencia autodidacta. Quizá en unos meses, venga la vacuna y en unos meses más, otro virus.

 

Y tendremos que volver a comenzar y adaptarnos. El que lo haga y además proponga nuevas formas de entender la vida, irá de gane. Así que aproveche estos días en casa, para calibrar la brújula. La vida se los está regalando. No espere que el google maps le resuelva, es su turno.

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