EL CULEBRERO
Juan Armenta López
Baldomero Ruíz fue un gran culebrero. Se contaban cosas misteriosas de éste culebrero. Se sabía que tenía poderes sobre las víboras. Baldomero agarraba las culebras con sus propias manos y las restregaba en su cara y en su cuerpo. Un extraño personaje llegó al pueblo a vender infusiones contra el veneno de víboras. Se dice que afuera de la cantina de Otilio, el personaje tendió un sarape y sobre él colocó cuatro víboras en posición de ataque, lo que causó curiosidad y miedo entre quienes pasaban por ahí. El hombre empezó a gritar:
—¡Haré rico y famoso a quien se deje morder por una de las víboras para demostrar el poder curativo de las pócimas que aquí vendo!
Pero nadie se atrevía a dejarse morder: “¡Ni locos!”, dijo uno de los presentes. De pronto el hombrecillo rompió el silencio con una pregunta:
—¿Nadie?
—¡Yo mero!, se oyó una voz ronca desde el fondo de la cantina.
Era Baldomero Ruíz, que aventando las puertas de la cantina, se subió las mangas de la camisa, y continuó diciendo:
—Tengo una vida y me la juego.
El hombrecillo tomó una de las víboras y la prendió al brazo de Baldomero.
—El hombrecillo empezó a preguntar: ¿Sientes algo?
Baldomero a cada pregunta respondía:
—Tengo frío, siento temblor en las manos, se me nubla la vista, me voy a desmayar, siento gruesa la lengua —y de pronto convulsionó.
Fue entonces que el hombrecillo destapó una de las botellas y le aplicó a Baldomero un poco de líquido en la boca apretada. Baldomero se empezó a recuperar en segundos. Baldomero sacó su paliacate rojo y se limpió el sudor abundante que perlaba su frente.
Cuando Baldomero pudo hablar, dijo:
—¡Yo creí que no la contaba!
El hombrecillo vendió todas las infusiones, pues la gente comprobó que esas sustancias eran buenas para neutralizar el veneno de las víboras. Nadie oyó lo que el hombrecillo dijo a Baldomero. Aunque después se corrieron rumores de que le dio un frasco con colmillos. El asunto es que el extraño desapareció. Baldomero empezó a silbar con una hoja de naranjo, y a atrapar víboras para que las mataran. Desde ese momento, Baldomero era un hombre que se convertiría en leyenda. Lo oímos sacar un sonido agudísimo con la hoja y vimos salir víboras a su encuentro. ¿Qué poder le dio el extraño personaje a Baldomero?
Se decía que Baldomero había atrapado una culebra alada. Baldomero pasó de culebrero a curandero. Sí, ahora curaba personas con distintas enfermedades. Se dice que curó a la mamá de un presidente de la república y que cada año le enviaba un telegrama el día de su cumpleaños. Me tocó ver la pared con los telegramas. Baldomero fue un hombre rico y famoso, respetado y asombroso. Tendría yo siete años cuando Baldomero pasó a ver a mi abuela al rancho de La Concordia. Mi abuela le tendió un catre en donde dormían varios patos de la granja. Baldomero se fue temprano, y cuando mi abuela levantó el catre, los patos estaban llenos de sangre, cosa que nunca pudimos explicar. Saludos Baldomero, en donde quiera que te encuentres. Gracias Zazil. Doy fe.