SALUD Y NEGOCIOS
Avances de la alianza hospitalaria
Maribel Ramírez Coronel

A poco más de dos semanas de iniciada la alianza hospitalaria “Todos Juntos contra el Coronavirus” se han agregado un total de 250 hospitales privados ubicados en todo el país que están aportando camas y atención a pacientes para respaldar al sistema público de salud y evitar que éste se desborde.

Hasta este martes se habían programado 1,089 pacientes y 473 han sido atendidos; de éstos la gran mayoría han sido del IMSS con 461, 7 de la Defensa Nacional (Sedena) y 5 del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

La demanda de atención ha sido en su gran mayoría para parto y embarazo (912), así como cesáreas (142) y el resto: cirugía endoscópica urológica (18), hernias (13), apéndices (3) y úlcera gástrica (1).

Los hospitales que se han sumado son 108 de la Asociación Nacional de Hospitales Privados (ANHP) que preside Mario González Ulloa, 38 del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH) que encabeza Javier Potes y 104 hospitales se han adherido de manera independiente. Esta alianza refleja un gran espíritu de colaboración detonada con esta epidemia, donde también participan unos 60,000 profesionales de la salud que ejercen del lado privado.

En un inicio fueron invitadas también las asociaciones de hospitales de Jalisco, Sonora, Mexicali y Querétaro, pero al final los nosocomios de dichos estados se incorporaron de manera independiente.

El Consejo de Salubridad General, a cargo del doctor Ignacio Santos, respaldó desde un principio esta iniciativa de colaboración pública-privada, pero al final se pudo llevar a la realidad gracias a la disposición de todos y en términos técnicos gracias a la plataforma construida por la Fundación Mexicana de Salud (Funsalud) que preside Héctor Valle Mesto la cual ha permitido tener los datos en tiempo real y la conexión virtual con un call center recibiendo llamadas de derechohabientes y afiliados. La Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que lleva Patrick Devlyn, fue también un fuerte impulsor desde en un inicio.

Vale destacar que es un proyecto de alta complejidad pues en principio no es cualquier cosa alinear en cuestión de semanas, primero voluntades, pero luego procesos, guías, trámites institucionales y la comunicación entre cientos de hospitales públicos con privados y grandes con pequeños de toda la República.

Ahora ya caminando, el siguiente reto es sacar al mayor número posible de pacientes no Covid-19 de modo que IMSS, al ISSSTE, Sedena e Insabi puedan seguirse concentrando en atender a los de la epidemia sin descuidar a los que no son Covid-19.

Por ahora en la alianza se trabaja con los 6 padecimientos de mayor demanda, y como dice Héctor Valle hubieran querido más, pero es la capacidad disponible del sector privado. Aparte, los hospitales privados aceptaron el tabulador que se maneja entre las instituciones públicas para compartir servicios

Sería formidable que al demostrarse la capacidad de conjuntar esfuerzos sin tabúes, hacia adelante pudiera derivar en cierta continuidad porque una vez pasada esta crisis por la pandemia, habrá mucha necesidad de inversión en el sector público de salud y no habría por qué cerrarse a aprovechar los recursos del sistema nacional de salud independientemente de que sean públicos o privados.

Es un ejercicio del todo interesante y enriquecedor porque, si bien han existido acuerdos de subrogación para servicios específicos, nunca a esta escala ni en la dimensión en que ahora se está logrando. Es una experiencia de cobertura en los 32 estados del país y donde lo que hoy mueve es colaborar.

El acuerdo firmado tiene plazo de un mes pero es de esperarse que continúe al menos por otro mes más en lo que terminamos de transitar por el mayor pico de la pandemia.

Twitter: @MaribelRCoronel

maribel.coronel@nulleleconomista.mx

kg

Tomado de El Economista.