In memoriam de don Sergio Flores Armida
Raúl López Gómez

El licenciado Sergio Flores Armida, fue un célebre veracruzano de la estirpe de los abogados de una de las más destacadas generaciones de egresados de la Universidad Veracruzana, con grandes personajes, que como él pusieron en alto el nombre y el prestigio de su alma mater.
Originario de Cotaxtla, desde muy joven emigró a la ciudad y Puerto de Veracruz para también formar parte de toda una generación de egresados del ilustre Instituto Veracruzano, y después continuar sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la UV.
Desde muy joven inició amplia carrera en el campo del derecho como ministerio público en tiempos del entonces gobernador, don Fernando López Arias, en donde se proyectó fuerte por sus dotes de orador y de un gran abogado en aquella época
Con el tiempo participó en la política, y siendo gobernador del estado, don Agustín Acosta Lagunes, fue alcalde de Boca del Río, dando inicio a uno de los más destacados programas de obras en la cabecera municipal, en colonias populares y fraccionamientos, Obras que fueron inauguradas por el Presidente de la República.
Entre sus grandes amigos más cercanos de toda la vida: Angel Alvaro Peña, Ignacio Morales Lechuga, Avelino Muñiz García, Efrén López Meza, Adalberto Tejeda Patraca, Virgilio Cruz Parra, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Fernando Ortiz Ramírez, Julio Fernando Kuri Lara, Antonio Vázquez Figueroa, Román Garzón Arcos y Enrique García Castellanos, entre muchos veracruzanos.
Fue amigo de destacados periodistas como el licenciado José Pablo Robles Martínez, Francisco Cárdenas Cruz y Melitón Morales Domínguez, entre otros.
El licenciado Flores Armida, desarrolló una larga carrera en el servicio público en el gobierno estatal y federal con importantes cargos en la administración y el derecho.
Consolidó, todos los días de la cultura como ávido lector siempre con un libro en la mano en el seno del hogar, y de forma cotidiana para él fue un hábito la lectura diaria del periódico el Universal, y de los diarios locales, como una costumbre de un hombre de gran raigambre por estar informado y al día de todo lo que acontecía en su ciudad, en el país y en el mundo.
Generoso y dueño de un gran carácter, que sabía disfrutar al departir en las grandes platicas de café con su amplio grupo de amigos.
En sus interlocuciones convertidas en auténticas conferencias en forma natural mostraba su alto nivel intelectual que podía combinar con una fina ironía de los hombres prodigios de estas tierras.
Disfrutar de leer, pero también de escribir y en últimas fechas había presentado su libro: Una Mirada a los 500 Años de la Villa Rica de la Veracruz, en donde plasmó diversas anécdotas históricas y pasajes de la colonia, lo que sucedió años después, con una precisión que los muchos años de estudio y su extraordinaria memoria, le formaron un gran bagaje intelectual.
Su amor por Veracruz, por su familia, y el aprecio a propios y extraños como un apóstol de la amistad, fueron parte de su vida siempre.
Sergio Flores Armida, además fue un bohemio de lujo que viajo por el mundo, y disfrutó de la poesía, de las décimas, de la música y un experto conocedor del bolero y el danzón, que deja una profunda huella y un gran legado que no se olvidará por generaciones al desarrollo de toda una vida a base de esfuerzo y superación, de estudio y trabajo, siempre. QEPD. Así las cosas.