El presidente Donald Trump dijo este viernes que la fase dos del acuerdo comercial con China ‘es poco probable’ en estos momentos.
En enero, Estados Unidos y China firmaron en la Casa Blanca la ‘fase uno’ del acuerdo comercial, un pacto que involucró más de dos años de negociación.
“Este es una gran ocasión porque estamos tomando un paso uno que nunca ha sido dado con China, hacia un futuro con un comercio más justo”, dijo el presidente Donald Trump el 15 de enero.
Trump señaló que el pacto compromete a China a invertir más de 200 mil millones de dólares tanto en industrias como en exportaciones de EU.
En el caso de las compras al sector agropecuario, Beijing hará un gasto de 50 mil millones de dólares, en el caso del sector de la energía, se prevé una inversión de 50 mil millones de dólares, y para la industria de la manufactura, 75 mil millones de dólares, agregó el presidente.
Agregó que el documento también incluye la inversión de entre 40 mil millones y 50 mil millones de dólares de China en servicios financieros en EU.
Sin embargo, durante los últimos meses, Estados Unidos ha estado ajustando silenciosamente su enfoque frente a China, yendo más allá de los tuits y discursos del presidente Donald Trump.
Desde abril, la administración de Trump ha advertido a los fondos de pensiones federales que no inviertan en índices cuyas carteras incluyen grandes empresas chinas. Ha endurecido las regulaciones de control de exportaciones, suspendido las visas para estudiantes y funcionarios del régimen y presionado por normas de contabilidad más transparentes para las empresas chinas que cotizan en bolsas de valores de EU.
El mes pasado, el Departamento de Estado requirió que un segundo grupo de medios estatales chinos se registrara como agente extranjero en el Departamento de Justicia. Además, funcionarios de la administración afirman que actualmente están debatiendo si seguir el ejemplo de India y presionar a las plataformas estadounidenses para que retiren la aplicación de redes sociales china TikTok.
De manera individual, estas medidas no son gran cosa. Sin embargo, en conjunto, representan un esfuerzo serio para desacoplar las economías de EU y China, el giro más profundo en la estrategia estadounidense desde que Henry Kissinger y Richard Nixon visitaron Beijing en 1972.
la administración comenzó a apuntar al sistema comunista tanto retórica como burocráticamente.
El último elemento de esta campaña es una carta de la Casa Blanca enviada esta semana al presidente de U.S. Railroad Retirement Board (Junta de Retiro Ferroviario de EU), en la que le insta a desinvertir los cientos de millones de dólares en pensiones que controla de las compañías que apoyan al ejército chino y participar en la detención masiva y la “reeducación” de la minoría uigur en la provincia de Xinjiang.
Otro problema es que el propio presidente de EU tiende a ser caprichoso cuando se trata de las políticas de su propio Gobierno. Como escribió John Bolton, el exasesor de seguridad nacional de Trump, en sus memorias, el mandatario buscó la ayuda de China para su campaña de reelección y en privado le dijo al líder de China que no le importaba si el ‘gigante asiático’ construía campos de detención para uigures. En 2018, Trump ordenó al Departamento de Comercio que retirara las sanciones contra la empresa de telecomunicaciones china ZTE después de que la sorprendieron eludiendo las sanciones de EU.
Foto: CNN.com