La reducción de semanas mínimas de cotización, el aumento de la pensión mínima garantizada y el grupo de ingresos al que busca beneficiar la reforma son algunos de los aspectos que podrían tener efectos positivos para las mujeres de manera más pronunciada que para los hombres.
Entre las reformas planteadas se encuentran tres aspectos a resaltar: la reducción de semanas necesarias de cotización, el incremento de las aportaciones patronales de manera gradual que pasaría de un 6.5 a 15% en ocho años y el aumento consecutivo de la Pensión Mínima Garantizada (PMG).
Las correcciones apuntan a beneficiar a millones de trabajadores que no hubieran alcanzado una pensión por no tener el total de semanas necesarias de cotización; aquí es donde se identifica el primer impacto diferenciado por género. De acuerdo con Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey, el pasar de un mínimo de 1,250 semanas de cotización a 750 y paulatinamente incrementar a 1,000 semanas implicaría un alivio particular para las mujeres en el mercado laboral.
Las mujeres son quienes siguen con mayor frecuencia la tendencia de inestabilidad en el empleo formal; por cuestiones de maternidad, labores del hogar o cuidados a terceros las mujeres interrumpen con mayor frecuencia su vida laboral y en muchos casos después de la maternidad toman ocupaciones de medio tiempo o en modalidades como el “freelance”. Esta situación las deja fuera de la afiliación como trabajadoras en el IMSS y muchas veces no logran el mínimo de semanas de cotización para acceder a una pensión.
En este sentido, si las modificaciones son aprobadas podrían implicar que más mujeres accedan a este derecho a la pensión durante la vejez. Y aunque no es una reforma pensada desde una perspectiva de género, el impacto podría ayudar a reducir la brecha de género en el retiro, comentó la especialista.
Por su parte, Ana María Montes, directora de la consultora actuarial Lockton México, dijo que otro aspecto de la reforma propuesta que podría impactar de manera positiva a las trabajadoras en México sería el aumento y la garantía de la pensión mínima. En este aspecto, el actual esquema de pensiones de 1997 contemplaba el ahorro logrado en las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) como el ingreso que se debía diferir o utilizar durante el resto de la vida de los beneficiarios. Estas modificaciones contemplan que los pensionados puedan hacer sus retiros mensuales de la PMG de sus ahorros voluntarios, pero cuando ese monto se acabe, el gobierno asume el pago de dicho monto de por vida.
En este sentido, considerando que la esperanza de vida femenina en México es de 77.98 años mientras que la esperanza de vida masculina es de 72.24 años, las pensiones de las mujeres son más bajas en línea con la necesidad de hacer que sus ahorros duren por más tiempo.