El misterio de Cristina

Juan Noel Armenta López

 

Cristina abrió las puertas de la alacena. Cristina se quedó muda. Frente a la cara de Cristina ondeaba la cabeza de una nauyaca. La nauyaca es un animal muy agresivo. Cristina temblaba como una hoja perdida en el viento del norte. Cuando queman los potreros, para fertilizar la tierra, toda la fauna corre despavorida. La nauyaca es el único animal que no huye, se para sobre su cuerpo arqueado y pelea tirando mordidas a las lenguas de fuego. Muere la nauyaca fiel a la naturaleza de su estirpe. Dominaba la nauyaca a Cristina con una mirada acendrada y profunda. Pudo ver Cristina a la muerte en los ojos de la nauyaca. La nauyaca sería más rápida en morder a Cristina, que ella en quitarse. La nauyaca vio a Cristina con una rara mirada. Cristina estaba muerta, pero no lo sabía. Cristina pudo ver más cerca la cabeza achatada de la nauyaca. No le hacía falta a la nauyaca una corona en la cabeza, lucía como su majestad. La nauyaca era como una reina: sombría, llena de vanidad y gran belleza. Fue el momento en que Cristina sintió una paz inexplicable, serena, seducida quizás. El olor de choquilla que desprendía la nauyaca, inundó con su vaho la cara de Cristina. Las serpientes, por su sangre fría, buscan el calor del sol, y poco lo encuentran en la fría montaña. Su segunda fuente de calor son las casas. Sorpresas te da la vida. Sorpresas le dio la vida a Cristina. Sorpresas fueron para toda la gente del pueblo, cuando se enteraron de lo ocurrido entre la nauyaca y Cristina. La nauyaca se deslizó suavemente sobre un barandal de madera junto al mueble de alacena. Pasó la nauyaca tocando los pies sudorosos de Cristina, y se alejó. En ese momento Cristina pudo gritar. Después encontraron a Cristina desmayada. ¿Por qué no mordió la nauyaca a Cristina? Hubo muchos comentarios, todos enfocados a leyendas del pueblo. Fue don Manuel, el brujo comadrejo del pueblo, quien aclaró lo sucedido. La nauyaca no mordió a Cristina porque esta embarazada. El peste de las hormonas aleja a las serpientes, las vuelve mensas, y hasta lentas para “caminar”, dijo don Manuel el brujo. Sorpresas te da la vida. Grandes sorpresas le dio la vida a Cristina que no sabía que estaba embarazada. El pueblo decía que no mordió la nauyaca a Cristina por aquello del pecado original: el asunto de Eva, Adán, la serpiente y la manzana. Como quiera Cristina se convirtió en un escudo milagroso: propios y extraños pasaban por saliva de Cristina puesta tras de las orejas. Después todas las mujeres querían estar en estado “interesante” para evitar la mordedura de serpientes. Y los hombres, pues dispuestos a “proteger” a sus mujeres. Gracias Zazil. Doy fe.