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Ernesto Méndez/La Jornada

La organización destaca que es hora de que respondamos al SOS de la naturaleza, porque ignorarlo pone en juego el futuro de casi ocho mil millones de personas en el planeta

El Covid-19 es una clara manifestación de nuestra relación rota con la naturaleza y destaca la profunda interconexión entre la salud de las personas y el planeta, destacó Marco Lambertini.
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Desde los organismos más pequeños que viven en el suelo hasta los seres más grandes que habitan en amplias extensiones como los manatíes, enfrentan un serio declive por las actividades humanas como el cambio de uso de suelo, la sobrepesca y la explotación de los recursos naturales, que vuelve a la humanidad más vulnerable a la aparición de nuevos virus.

De acuerdo al Informe Planeta Vivo 2020 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), las 21 mil poblaciones monitoreadas de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios disminuyeron 68 por ciento en promedio, mientras que en América Latina, incluido México, el resultado es aún más impactante con una reducción de 94 por ciento.

El emblemático reporte que tiene una historia de 22 años, alerta también sobre el creciente riesgo de extinción de especies vegetales, ya que se calcula que una de cada cinco plantas (22 por ciento), se encuentra amenazada, en su mayoría en zonas tropicales, lo que representa un grave peligro, porque son pilares estructurales y ecológicos de todos los ecosistemas terrestres.

Además de que en los hábitats de agua dulce, las tres mil 471 poblaciones evaluadas (que representan a 944 especies de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces) disminuyeron 84 por ciento en promedio. Las pérdidas se están dando en todas las regiones del planeta, pero especialmente en Latinoamérica y El Caribe.

En el caso de los reptiles, el cambio de uso de suelo y la sobreexplotación son las principales causas de su desaparición en la región, mientras que los peces de agua dulce son los más afectados por la fragmentación del hábitat debido al desarrollo de hidroeléctricas y los anfibios son importados por enfermedades y pérdida de hábitat.

El índice de este año incluye casi 400 especies adicionales y cuatro mil 870 poblaciones más que el último Informe Planeta Vivo que se publicó en 2018, con una representación mejorada en la mayoría de las regiones y grupos taxonómicos, particularmente especies de anfibios.

“La naturaleza está disminuyendo a escala mundial a un ritmo sin precedentes en millones de años. La forma en que producimos y consumimos alimentos y energía, y el creciente desprecio por el medio ambiente arraigado en nuestro modelo económico actual, ha llevado al mundo natural a sus límites.

El Covid-19 es una clara manifestación de nuestra relación rota con la naturaleza y destaca la profunda interconexión entre la salud de las personas y el planeta”, destacó Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.

Ante esta realidad, señaló que es hora de que respondamos al SOS de la naturaleza, no sólo para asegurar la asombrosa diversidad de vida que amamos y con la que tenemos el deber moral de coexistir, sino porque ignorarla pone en juego el futuro de casi ocho mil millones de personas en el planeta.